Ahogarse en un vaso de agua es más común de lo que se cree. La realidad del mundo por la pandemia del Covid-19 genera que los niveles de estrés y ansiedad aumenten con los pequeños vaivenes del día a día. Para mantener la calma y poder sobrellevar las situaciones, aquí todos los detalles de lo que debes tener presente.
Las personas no se agobian por igual
Una misma situación puede agobiar en mayor o menor medida a determinada persona, de acuerdo con sus factores biológicos – personalidad y carácter – y contextuales – vivencias, experiencias o relaciones.
La interpretación que se le da a las situaciones va a determinar la respuesta: miedo o ansiedad. A su vez, las experiencias traumáticas vividas y la educación tienen peso. Y, aunque no se puede cambiar lo vivido, las personas pueden entrenar su forma de ver la realidad.
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Hay que situarse en el presente
Los momentos de agobio pueden llegar a producir un bloqueo mental que impide avanzar. En este tipo de situaciones, es recomendable respirar y despejar la mente de todo aquello que demanda una respuesta.
¿Qué se puede hacer para ordenar la mente? Escribir todos los problemas que agobian la mente en ese momento, priorizarlos y buscar posibles soluciones.
Confianza y comunicación
Al situarse en el presente es indispensable conectar con el ser interior y confiar en que cada persona es capaz de enfrentar sus problemas solo y, de llegar a necesitarlo, otros pueden ayudar y quitar un peso de los hombros.
Es importante reconocer que a veces no es posible sobrellevar solo las situaciones de estrés, por lo que se deben comunicar las carencias a los demás para que puedan apoyar y comprender las situaciones de vulnerabilidad.
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Silenciar los pensamientos negativos
En este tipo de situaciones, los pensamientos negativos se amontonan en la mente e imposibilitan el avance. Por ello, se debe aprender a silenciarlos sabiendo que “no todo puede ser como nosotros queremos que sea”.
La no anticipación es clave
Los pensamientos anticipatorios generan daño, debido a que la preocupación lleva al ser humano a un estado de intranquilidad tal que impide ver el panorama con claridad.
Las personas deben aceptar que la duda, la incertidumbre y la indecisión forman parte de la vida y hay que dejarse llevar para no sufrir.