Su personalidad excéntrica y fuera de lo común, escandalizó más de una vez a la realeza. La princesa Margarita se casó en 1960 con un fotógrafo llamado Antony Armstrong-Jones. Aunque la boda fue como sacada de un cuento de hadas, todo terminó siendo un caos y aquí te contamos los detalles:
Una historia de amor peculiar
La vida amorosa de la princesa Margarita estuvo en las primeras planas de los periódicos de chismes por mucho tiempo. Conocida por su carácter rebelde no le huyó a los spotlights y tuvo una relación amorosa con un guardia de honor del palacio.
Peter Townsend, fue un miembro de la fuerza aérea británica que le sirvió al rey George VI (y luego a la reina Isabel II). Cuando conoció a Margarita, estaba casado y tenía dos hijos. Al poco tiempo se divorció y se hizo oficial su relación con la princesa. Ella estaba perdidamente enamorada y hasta hablaron de matrimonio, pero el gobierno británico no lo permitió.
Los problemas comenzaron a afectar su relación hasta que llegó un momento que decidieron terminar. Margarita lo hizo público con un anuncio que recalcaba su compromiso con la corona por encima de cualquier relación amorosa. Todo sucedió en 1955.
En 1958, conoció a un fotógrafo que le cambiaría la vida.
¡Amor en forma de rosas!
Antony Armstrong-Jones, un simpático fotógrafo apareció en una cena y el flechazo fue inmediato. Un año después de conocerse, se comprometieron. Su anillo ha sido uno de los más icónicos de la monarquía: es un rubí central, cubierto de diamantes alrededor que juntos hacen una rosa. Todo en honor a “Rose”, el segundo nombre de la princesa Margarita.
Parecían ser el uno para el otro, ambos con un carácter excéntrico y diferente, pero el compromiso no fue del todo aprobado por la realeza. Si bien Elizabeth se mantuvo a favor de su hermana en todo momento, parte del pasado de Jones comenzó a escaparse en los periódicos. Tríos, relaciones poliamorosas e incluso, inclinaciones homosexuales parecían ser parte de la cotidianidad del fotógrafo. A Margaret no le importó y decidieron continuar con su matrimonio.
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La belleza de la simplicidad
La moda siempre fue importante para Margarita, la elección de su vestido de novia tenía a toda la prensa de cabeza. Nadie tuvo detalles hasta el último momento de la ceremonia. Seleccionó a Normal Hartnell para el diseño, quien era el modista oficial de la familia (hizo el vestido de coronación de Isabel II y también, su vestido de bodas).
Con una silueta entallada en la cintura, un escote profundo (al menos para la época) en V y mangas largas, el vestido de Margarita figura como uno de los más simples y elegantes de la historia de la monarquía.
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Datos curiosos:
La tiara que utilizó la compró ella misma (otra vez, rompiendo los patrones). Fue diseñada en 1870 por la joyería inglesa Garrard & Co, y desde que la vio la princesa, se enamoró. No lo hizo específicamente para su boda, de hecho, la uso en más de una ocasión antes del magno evento. Ahora, se le conoce por ser la corona favorita de Margaret.
Con 2.000 invitados, la boda de la princesa Margarita fue la primera televisada en la historia. Cada paso de la ceremonia fue visto por 300 millones de personas alrededor del mundo.
Después del “Sí acepto”, se le otorgó a la princesa el título de Su Alteza real, princesa Margarita Condesa de Snowdon y a su esposo, conde de Snowdon.
Al salir de la catedral, hicieron un desayuno con 120 personas cercanas de la familia para celebrar la unión. Nunca se había celebrado de esa manera antes. ¡Siempre rompiendo esquemas!
No hubo felices para siempre; Aunque la boda fue hermosa y todo parecía ir bien, la unión fue lejos de ser perfecta. El matrimonio estuvo rodeado de escándalos, infidelidades y problemas. Se divorciaron tras 18 años de casados en 1978.