Un personaje icónico de la cultura popular merideña. La Loca Luz Caraballo es una realidad que el escritor y poeta Andrés Eloy Blanco inmortalizó en sus escritos. Aquí todos los detalles de su trágica historia.
Muchas versiones de un mismo cuento
La tradición oral de las localidades de Timotes, Mucutujote, Chachopo y Apartaderos mantiene vivo al legendario personaje para los turistas y lugareños, pero varía la narrativa.
Una de las historias retrata a la Loca Luz Caraballo como una mujer que enloqueció luego de que su esposo, Lesmes, fuese reclutado para batallar en la Guerra de Independencia. Aunque, otra de las versiones asegura que este hombre solo la dejó.
Entonces, ¿enloqueció solo por amor? No. La mujer perdió a sus cinco hijos – dos de ellos en la guerra con Simón Bolívar cayendo en combate -. Esta pérdida la lleva a permanecer en el páramo, desde Cachopo a Apartaderos, buscando a los hijos que perdió.
Un nombre para el relato
Sin documentos ni memorias que afirmen que alguien se llamase de esa manera en la región, Andrés Eloy Blanco fue el encargado de bautizar a la mujer considerada como «loca» en las zonas aledañas a Timotes.
Aunque es conocida por todos como la Loca Luz Caraballo, algunos historiadores de la Universidad de Los Andes aseguran que se llama Blasa Ramírez. Por ello, la bautizan como «la loca Blasa».
Esta enigmática mujer era habitante de la aldea de El Cacho y no tenía esposo ni hijo. Su errante caminar y extravíos entre los pueblos de la zona la hacen ser recordada por algunos ancianos, quienes en muchas ocasiones la ayudar a regresar a casa.
En 1927 se le vio salir por última vez. Toda la comunidad apoyó a la familia a buscarla por atajos y veredas, pero no se le encontró ni viva ni muerta.
De esta manera, los caminos se llenar de huellas y mitos alrededor de su paradero pasando a convertirse en una leyenda contada en las voces de los niños andinos, quienes recitan el poema cerca de la estatua erigida en su recuerdo.
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Un espacio en su honor
La trascendencia de la Loca Luz Caraballo es tal que existe un parque en su honor, siendo patrimonio del estado Mérida. En este lugar se encuentra la esfinge de Luz Caraballo: una mujer con cabellera descuidada, harapos largos y el brazo alzado apuntando al horizonte indicando la ruta.
Por su parte, en el mismo lugar, está el Museo-Antigüedades La Loca Luz Caraballo en el que se exhiben objetos pertenecientes a ella y piezas coloniales del momento.