En medio de la incertidumbre por el COVID-19, saber de primera mano qué se siente tener la enfermedad, de la mano de una doctora que lo tuvo. La Dra. Rossina Velasquez es una residente de postgrado de otorrinolaringología en el hospital Domingo Luciani y nos contó cómo fue su proceso y cuáles son sus recomendaciones.
Un estado de absoluta vulnerabilidad
El hospital Domingo Luciani, fue uno de los primeros centros de salud en Caracas que se enfrentó con la pandemia del COVID-19. La Dra. Rossina Velasquez, forma parte de sus residentes y le tocó verse cara a cara con el virus. Todo lo descubrió por una prueba de rutina.
Originaria de Guárico, había planificado un viaje para reunirse con su familia en agosto, antes de partir, se hizo la prueba y resultó positiva. “Estaba totalmente asintomática. Una semana antes había presentado un cuadro de diarrea, pensé que algo me había caído mal porque fue un solo día. No le presté atención”, nos comenta.
La diarrea está catalogada como uno de los síntomas más comunes del virus, pero depende del paciente. A algunos les da por días, otros, solo episodios aislados. IMPORTANTE: Que tengas diarrea no significa que tengas COVID, solo forma parte de la patología en algunos casos.
Cuatro días después de haber dado positivo, comenzaron los síntomas: “Comencé con la sintomatología: fiebre, cansancio, disnea (dificultad para respirar), a los seis días, me hice una tomografía y se identificó que tenía una lesión en el pulmón. Fueron 21 días de aislamiento”, comenta la doctora.
Se sentía en un estado de absoluta vulnerabilidad.
El desafío emocional del COVID-19
La Dra. Rossina Velasquez está lejos de su familia mientras cumple con su postgrado en otorrinolaringología. Cuando fue diagnosticada, se vio obligada a permanecer sola y en completo aislamiento.
“Como había tanto rechazo hacia los casos de Covid, había mucho miedo, a los que daban positivo se los llevaban al poliedro”, explicó. Ahora, la situación ha cambiado un poco porque se conoce mejor cómo tratar a los pacientes desde la óptica médica, pero como sociedad, debemos aprender a lidiar con los que han sido contagiados.
“En mi edificio fue un problema. Hubo un día que yo salí al patio a tomar sol, y recibí rechazo inmediato. Se me aislaron las personas, fue muy difícil. Se había corrido el rumor de que yo estaba positiva y la gente me tenía pánico”, comenta la doctora.
Además de los padecimientos físicos que tenía: cansancio extremo, problemas para respirar y procesos de fiebre, también estaba sumergida en el miedo del diagnóstico y recalca que, para cualquier paciente, el apoyo emocional es fundamental.
“Hay que concientizar a las personas que a las personas que les da COVID no lo buscaron, es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, tienes que tratar de ayudar al que lo tiene porque quizás mañana seas tú el que lo tenga”, explica.
El miedo no es un asunto individual, toda su familia, que está a kilómetros de distancia, entró en pánico y la incertidumbre hizo mella en todos: “Mi familia se asustó horrible, no encontraban que hacer. Yo no permitía que mi familia viniera para acá y yo tampoco podía viajar para allá. Fue una situación bastante difícil”.
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¿Cómo podemos ayudar al paciente COVID?
Dentro de su proceso de recuperación, la Dra. Rossina Velasquez contó con el apoyo de seres queridos que velaron por su alimentación y su estabilidad emocional.
Si bien es completamente entendible que se le tenga cierta aversión a un paciente COVID por el miedo al contagio, hay que entender que la solidaridad es la clave para poder salir ileso del cuadro patológico.
“Hay que educarse para saber protegerse y al mismo tiempo, para saber ayudar a esos pacientes que están pasando por la enfermedad”, explica la Dra. Velasquez quien asegura que las medidas de prevención son altamente efectivas.
Ayudar es mucho más sencillo de lo que imaginamos. Con pequeños actos de solidaridad podemos hacer grandes diferencias. Ella cita un ejemplo de una comunidad argentina: “Cuando sabían que un vecino tenía COVID, en una cajita frente a su puerta, cada uno dejaba algo. Un jugo, un desayuno, una harina, agua que es lo más vital. Ayudándolo a cumplir sus necesidades más básicas”.
Formar parte de un grupo de solidaridad, es vital para la recuperación del paciente y a su vez, para disminuir los índices de contagio. Si a un paciente positivo le hacen llegar lo que necesita, no deberá salir en búsqueda de alimentos, por lo que no contagiará a quienes estén a su alrededor.
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Las medidas de prevención SI SON efectivas
Vivimos sumergidos en una nueva realidad, a la que debemos adaptarnos y acostumbrarnos, pero no todo es tan malo.
La Dra. Rossina Velasquez, asegura que: “Hay muchas cosas positivas en esto, porque nosotros no nos lavábamos tanto las manos, no estábamos tan pendientes del aseo, de las cosas que tocábamos y ahora sí. Ha sido algo positivo por lo menos desde el punto de vista sanitario”.
Entender que, si utilizamos las medidas de seguridad correctas, podremos comenzar a tener una vida normal otra vez, es vital para sentir que recuperamos el control de nuestra realidad. ¿Qué tienes que hacer? Utilizar mascarillas KN95, lavarte las manos constantemente, practicar la distancia social de 1.5 metros.
¿Podemos reusar las mascarillas? “La mascarilla debe ser guardada en una bolsa donde no le entre oxígeno, que quede totalmente sellada. Esto es para que el virus pueda morir y reutilizarse. También se puede poner al sol. Esto alarga la vida de la mascarilla para que se use al menos 3 veces”.
Otro dato importante para mantenernos fuertes ante cualquier amenaza, es la buena alimentación: “Hoy se sabe que los pacientes tienen una mejoría alimentándose correctamente, teniendo un buen ánimo, porque cuando están tristes eso deprime el sistema inmunológico.
¿Las vitaminas ayudan? “Como médicos sabemos que las vitaminas están en los alimentos. Un complemento vitamínico no va a sustituir las vitaminas de los alimentos. Si va a ayudar, pero no a sustituir. Pueden complementar, pero no suplantar”.
Así que lo más importante es comer bien, mantenerse hidratado y respetar las medidas de seguridad de la “nueva normalidad”.
