Tener el corazón roto hace que el mundo entero se nuble. Cuando sucede una ruptura, no hay sol que brille lo suficiente para sacarnos de la penumbra, pero si hay maneras de ir espantando la niebla. Isabel Fonseca, una psiquiatra venezolana, decidió transformar su propio dolor en arte; con una puesta en escena increíble que tiene como propósito enseñarte que todas las emociones son válidas y que no perderás la cabeza por un par de días sufriendo de ‘mal de amores’.
Dándole permiso a la vulnerabilidad
A nadie le gusta sentirse vulnerable al dolor, pero cuando sucede una ruptura generalmente quedamos a la deriva. Isabel Fonseca entendió este concepto hace más de una década y comenzó a combinar sus conocimientos racionales como psiquiatra, con la vulnerabilidad que te ofrece el arte y fue así como nació una especie única de terapia que la ayudó a entender mejor el ‘Mal de Amores’:
“Esto nació en el Hospital Universitario de Caracas hace 10 años. Con el jefe de servicio de ese momento, comenzamos a invitar personas que no tuvieran nada que ver con psiquiatría o psicología al hospital, para que, desde el arte, pudieran aportar algunas herramientas que nos sirvieran para el proceso de sanación y entendimiento», comenta Fonseca.
«Al principio los sacamos de los espacios convencionales, salimos a otros lugares. Yo empecé a hacer producciones psicológicas entendiendo que el arte podía formar parte de la terapia y a raíz de que comencé este camino, nació Mal de Amores”.
Su obra es una prueba fehaciente de que el arte tiene el poder de cambiar el mundo y de hacernos aceptar nuestra propia vulnerabilidad.
Es válido ‘volverse loco’ a veces
Lo más destacado de la obra es que explica de forma gráfica y humorística, que el proceso de duelo es igual para todos y que no hay manera de saltarse las etapas. «A lo que yo me aproximo es al recorrido emocional. Es poner en evidencia cada una de las emociones que aparece en el duelo. Cada una de las emociones que aparecen (negación, ira, negociación, depresión, aceptación). La idea es usar el humor para relativizar todo. Al final la vida está llena de cosas buenas y cosas no tan buenas y eso es vivir. El que está esperando un mundo rosado, vivirá frustrado todo el tiempo», explica la psiquiatra.
La obra es una especie de terapia en la que desde el punto de vista de Isabel Fonseca, se muestra todo lo que se sufre cuando se tiene un ‘mal de amores’: «El proceso de duelo es así, es un recorrido. No puedes apurarte, no hay manera de tomar atajos ni de hacerlo más rápido», comenta Fonseca al hablar de algunas de las dudas de sus pacientes.
¿Qué nos va a enseñar la obra? Con su puesta en escena, te da un espacio para ser vulnerable. «Cada una de las emociones tiene un espacio y que las cosas son transitorias. Siempre van pasando. No tienes que sentirte culpable, ni culpar a otros. No se trata de víctimas ni de victimarios. Somos seres humanos y nos equivocamos y nadie está libre de sentir. Ni yo que soy una terapeuta. El curador puede estar herido y el herido puede ser un curador. No hay absolutos en nada, no hay verdades absolutas«.
El arte como complemento de la terapia
Como psiquiatra, Fonseca asegura que la terapia tiene el poder de llegar a un punto específico, pero que el arte tiene el poder de trascender e ir muchísimo más allá: “El arte es terapéutico porque tiene la bondad de que va directo a lo emocional. Nuestro trabajo -como psiquiatras-, en el consultorio es un trabajo muy rico, pero hay mucho elemento racional. Pero en cambio el arte no. El arte va directo a la emoción, como si no tuvieras defensas ante lo que estás viendo, lo que estás oyendo, entonces es más fácil que el mensaje penetre el alma«, asegura.
Pero ¿de verdad el arte tiene el poder de curarte? Sí. «La clave es darle el espacio a cada emoción que vamos sintiendo. Es como una terapia y es darle el espacio a cada emoción y, además, darle la validez. No tienes por qué sentirte horrible solo porque un día hiciste una tontería. Es darte cuenta que hacer tonterías y cosas que no necesariamente tienen sentido para ti en el momento, es parte de un proceso«.
Para ver escenificado todo este proceso de aceptación, tienes que ir a ver Mal de Amores, en el Centro Cultural BOD. Si quieres comprar las entradas, haz clic aquí.