Esta enfermedad es conocida por la formación de manchas o áreas pigmentadas en la piel, nos referimos al vitíligo, misma a la cual se le ha encontrado una posible solución efectiva: la micropigmentación.
El vitíligo, también conocido como leucodemia, es una enfermedad cutánea, crónica y no contagiosa, que provoca la formación de manchas en la piel, la cual se produce debido a una alteración que provoca la destrucción de los melanocitos– las células encargadas de producir le melanina que da color a la piel-y, por tal razón, hace que ésta se despigmente.
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Dichas manchas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, generalmente, de manera asimétrica, y que pueden extenderse o permanecer sin alteraciones, según el tipo de vitíligo. El tono de las manchas dependerá del color natural de la persona, por ejemplo: si el paciente tiene la piel oscura, tendrá pigmentaciones rosadas, pero si la piel es clara, presentará manchas blancas.
Además, las marcas suelen aparecer de forma circular o de distintos tamaños y, algunas veces, se presentan por medio de parches de despigmentación que se juntan toman formas imprecisas. Los lugares más comunes en los que suele aparecer son: las manos, los pies, las rodillas, los codos y el rostro.
Sin embargo y, afortunadamente, existe una alternativa que ofrece buenos y efectivos resultados para los pacientes con esta enfermedad: la micropigmentación. Un procedimiento que, según explicó Raquel Díaz Casado, especialista en dermatocosmiatria hospitalaria y micropigmentación paramédica, «se trabaja con técnicas de camuflaje en varios tonos de color que se mezclan entre sí, además se implantan en la piel por medio de agujas y maniobras determinadas a nivel subepidermal».
De tal forma, el objetivo de este método es corregir, modificar, embellecer y equilibrar de manera semipermeante determinados rasgos faciales o corporales en cuanto a piel se refiere. Y, lo mejor, es que la micropigmentación no es dolorosa y no tiene ningún efecto secundario, de acuerdo a lo que aseguró la Dra. Raquel Díaz. «Es una técnica muy superficial, por lo cual no conlleva a que el paciente tenga algún tipo de sangrado o hematoma», agregó.
Igualmente, es importante que cada paciente, luego de ser sometido a este método, tenga que esperar un lapso de tiempo de 40 días para que el tejido cicatrice correctamente. De esta manera, la piel se regenerará y reconocerá el pigmento.