Su boda fue un sueño y nos demostró que para tener una boda digna de una princesa, no necesitas un millón de personas ni un presupuesto demasiado abultado. Con una ceremonia llena de detalles románticos, Beatriz de York nos dio una cátedra de cómo hacer que tu boda sea inolvidable y aquí tienes un recorrido por todos los detalles sorpresas de su cuento de hadas.
“Something Borrowed”
Una vieja rima inglesa, incluye todas las cosas que debe tener una novia en su día para garantizar que su matrimonio esté lleno de amor por siempre y para siempre, dice así:
“Something old, something new, something borrowed, something blue” (algo viejo, algo nuevo, algo prestado, algo azul). Y Beatriz de York, se ganó el premio dándole vida otra vez a un vestido espectacular que era de su abuela.
El vestido es de Norman Hartnell y fue confeccionado originalmente para uso de la reina Isabel II en la premier de la película “Lawrence en Arabia” en 1962. La prenda le gustó tanto, que la repitió en la apertura del parlamento británico en 1967 (Y no es común que la reina repita).
Una misma prenda cumple dos pedazos de la tradición: algo prestado, algo viejo y lo completa con la cereza del pastel: ¡También tiene algo nuevo!
Las mangas bombacha, fueron una adición hecha por Angela Kelly y Stewart Parwin, dos diseñadores de confianza de la realeza. Así el vestido quedó perfecto para la boda.
¿Qué aprendemos de Beatriz? Los vestidos vintage tienen una magia especial y pueden ser sutilmente modificados para adecuarlos a tiempos modernos. Además, es una opción ecológica, económica y extremadamente sentimental: ¡Es un homenaje a tu familia!
Diamonds are a girl best friend
Esa icónica canción de Marilyn tiene toda la razón. No hay un detalle más precioso para una boda que una pieza de diamantes. Beatriz de York tuvo la fortuna de utilizar la misma corona que usó la reina Isabel II en su boda con el príncipe Felipe en 1947. ¡Imagínate el honor!
Pese a estar cubierta de brillantes, la princesa lució sencilla, fresca y elegante. Estuvo estilizada perfectamente y su personalidad tierna y humilde capturó la atención de las cámaras que lograron inmortalizar el momento.
¿Qué aprendemos de Beatriz? No necesitas gastar una fortuna en diamantes nuevos, busca en tu tradición familiar alguna prenda que tenga mucha historia y hazla parte de tu día. Es más bonito caminar llena de recuerdos, que llena de etiquetas nuevas.
“Hacer lo que la primavera hace con los cerezos”
¿Y qué es? FLORECER. Beatriz de York se casó en la Capilla Real de Todos los Santos, en los terrenos del Royal Lodge. El lugar es muy lindo y bastante modesto. ¿Cómo le dieron vida? Llenándolo de flores. Este es un ejemplo perfecto de que las flores además de ser preciosas, le dan frescura, personalidad y romance a cualquier espacio.
El arco de flores a la salida de la capilla, resultó ser el marco perfecto para las fotos y se veía como todo un cuento de hadas.
¿Qué aprendemos de Beatriz? No importa qué tan sencillo sea el lugar de la boda, con un buen florista y una paleta de colores preestablecida (en su caso, verde, rosa y blanco), cualquier rincón puede convertirse en un cuento de hadas.
Lo más importante de una boda: EL AMOR
Estamos acostumbrados a que las ‘bodas reales’, estén llenísimas de Paparazzi y que se vean en las pantallas de todo el mundo, pero Beatriz de York tuvo la oportunidad de hacer una boda íntima con su familia y al fin y al cabo, eso es lo único que importa.
Como parte de los votos de amor, leyeron dos poemas: “I’ll carry you in my heart” de E.E. Cummings y el soneto 166 de William Shakespeare. Cada uno resguarda una historia particular para la pareja.
¿Qué aprendemos de Beatriz? El matrimonio es una celebración de AMOR, en la que tienen que estar presentes las personas que más amas y te aman. Las fiestas grandes pueden esperar, nada más hermoso que la intimidad del “Sí acepto” rodeado de tus afectos. Así que la sencillez es la clave.