La plaza Dauphine se convirtió en el escenario perfecto para que la firma Louis Vuitton, dirigida por el diseñador Virgil Abloh, presentara su colección menswear primevera/verano 2020. Este lugar icónico de París se transformó en una verdadera vitrina de la maison, pues la puesta en escena le dio vida a las calles de esta plaza parisina.
¡Virgil Abloh lo vuelve a hacer! En definitiva, desde su llegada como director creativo a la casa Louis Vuitton, no ha parado de sorprender al público y a los críticos de la moda por su increíbles diseños… y esta no fue la excepción.
Y es que, la plaza Dauphine, que fue construida a principios del siglo XVII en el centro de la Isla de la Cité, se cerró al público para que los asistentes, entre ellos: Gigi Hadid, Maluma y Anna Wintour; disfrutaran del desfile de la propuesta SS20, en medio de bancos, carritos de helados y ceniceros con su logo.
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En dicha plaza que tiene forma de triángulo, los invitados tomaron asiento en las terrazas de los bares, en donde los «camareros», que vistieron una camisa verde con el logo de la firma, sirvieron grauitamente una copa de champán. Además, habían sombrillas verdes que tenían el monograma impreso, y al centro había un lustroso castillo inflable rojo con el logo LV.
Esta propuesta realizada por Virgil Abloh ha sido considerada una bocanada de aire fresco, con respecto a las últimas tendencias urbanas que se han visto. Y es que, en esta colección hay una apuesta de mucho estilo con aires juveniles, con la que los caballeros ya tienen completamente asumido su lado más femenino, con faldas, tonos rosas y, sobre todo, las flores.
Sin embargo, el diseñador mantuvo sus fórmulas estéticas, fue vanguardista y andrógino, logrando además transmitir un estilo bohemio con aires a la campiña francesa. Para esta propuesta, Virgil optó por combinar tonalidades pastel muy parisinas, como: el rosa, azul y verde. Además, el arnés exterior se ha convertido en una de las piezas representativas de la nueva era de la línea masculina de Louis Vuitton y, para esta ocasión, Abloh las reinventó con flores silvestres secas que adornó con bolsos y un gran sombrero.
Asimismo, en esta oportunidad el diseñador volvió a presentar estampados florales, pero con un pequeño giro innovador, imponiendo vibrantes colores de los años 80. A su vez, los sombres de paja, de copa alta y ala ancha, tomaron un papel fundamental dentro del desfile, los cuales con un toque urbano fueron el hilo conductor que transportó a los asistentes a la Provenza francesa.
Como comentamos anteriormente, Abloh apostó porque el hombre también puede utilizar elementos que, para la sociedad, son «femeninos«. Por ello, mostró piezas al estilo no-gender, con varias vaporosas túnicas y pantalones oversized drapeados, que daban la ilusión de ser vestidos y faldas.
