En las manos de Marc Jacobs estuvo la tarea de cerrar la Semana de la Moda en Nueva York con una presentación bastante elegante y simple y una colección minimalista, pero divertida al mismo tiempo con aires de sofisticación y detalles extravagantes que sorprendieron a todos.
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Muchos relacionaron los vestidos de plumas negras con el dramático del cine El cisne negro, y la verdad es que si hubo mucha presencia del negro y tonos oscuros como el gris. El blanco también jugo un papel importante en esta colección que sin duda jugo mucho con las texturas de las telas.
Hubo lana, satín, plumas, brillos, estampados de flores de cuadros; fue una lluvia de detalles inesperados que a fin de cuentas le dieron diversión y movimiento a esta pasarela, llena de los tradicionales tonos neutros para esta última temporada del año.
Sin embargo, en medio del negro, el blanco y el gris; hubo unos tonos totalmente sorprendentes como verde menta, amarillo y azul eléctrico que se distribuyeron entre abrigos y vestidos; que además parecieron ser un guiño a la alta costura.
Marc Jacobs cerró con broche de oro una Semana de la Moda sin duda inesperada y con momentos inigualables. Su nueva colección sorprendió a muchos por ser mucho más pequeña que otras anteriores, pero los detalles estuvieron tan bien cuidados, los colores, el orden de salida y cada uno de los elementos que se impondrán como tendencia para lo que viene en este 2019 y comenzara el 2020 en cuanto a moda.