Fragolate, heladería artesanal, apuesta por su historia y elabora una delicada línea de helados de sabores libaneses que hacen honor a los orígenes de los hermanos Ramón y Pedro Dahdah mentes y corazón de esta heladería.
La idea de esta línea viene de tiempo atrás, pero es ahora cuando se materializa, contó con la curaduría de la periodista y asesora gastronómica Ligia Velásquez.
Son cuatro los sabores que estarán por tiempo limitado y que consentirán los paladares de todos aquellos que los prueben.
El sorbete de albaricoque es refrescante y con una textura particular, ya que viene combinado con trocitos de pistacho, lo que da una mezcla de sabores única.
Ashta, es otro de los sabores. Es crema o nata de leche, muy untuoso y con almíbar de rosas que le da una cualidad exquisita.
El de ajonjolí está llenó de sabor y recuerda muchísimo a los turrones de este grano que uno comía pequeño, además es muy rico ya que viene coronado con un pedazo de ajonjolí crujiente que es una explosión al paladar.
De último está el de baklava ¿han probado alguna vez este postre? pues si lo ha hecho, déjeme decirle que es este dulce hecho helado coronado con una trozo de masa phillo. Un helado diferente e innovador que se deja comer con cada bocado.
Todos los helados (menos el sorbete) son hechos con leche de oveja del Proyecto Ubre, y Sabores del Líbano solo estarán disponibles en las sede de Valle Arriba y San Luis por tiempo muy limitado.