Un cuadro de Botticelli fue vendido esta semana en por más de 45 millones de dólares en una subasta en la casa de remates neoyorquina Sotheby’s. El cuadro «The man of sorrows» (Cristo de los dolores), tasó por encima del precio estipulado. El cuadro data de principios del siglo XVI, al final de la vida de Botticelli (1445-1510). A continuación te contamos cuáles son los cuadros más caros que se han vendido en una subasta.
Salvator Mundi (Leonardo Da Vinci)
Se le atribuye a Leonardo Da Vinci y data del año 1500. La pintura fue vendida en subasta por Christie’s en Nueva York, el 15 de noviembre de 2017, por 450 312 500 dólares, lo que la convierte en la pintura más cara jamás vendida. Se sabe que la obra no se encuentra en buen estado debido a que la madera esta dañada y el lienzo ha sido pintado varias veces. Sin embargo, por ser considerada la última obra de Da Vinci tiene mucho valor.
Intercambio (Willem De Kooning)
Esta pintura es del expresionista abstracto holandés-estadounidense Willem de Kooning (1904-1997). Mide 200.7 por 175.3 centímetros y fue uno de sus primeros paisajes abstractos. En septiembre de 2015, fue vendido por la Fundación David Geffen a Kenneth C. Griffin por 300 millones de dólares.
Los jugadores de cartas (Paul Cézanne)
Es una de las piezas de Paul Cézanne que forma parte de su serie postimpresionista. El magnate naviero griego George Embiricos, se la vendió a la familia real de Qatar por 274 millones en el año 2011.
Nafea faa ipoipo (Paul Gauguin)
Paul Gauguin lo pintó en su primer viaje a Tahití en 1892. Su pintura de dos niñas tahitianas batió el récord mundial en febrero de 2015, cuando fue comprada por los museos de Qatar al coleccionista suizo privado Rudolf Staechelin, por 300 millones de dólares.
N. 17A, 1948 (Jackson Pollock)
La obra de Jackson Pollock pertenece a la escuela de pintura del expresionismo abstracto, un movimiento de arte posterior a la Segunda Guerra Mundial que enfatiza la creación subconsciente y espontánea. En 2016 la pintura se alzaba como la cuarta pintura vendida más cara de la historia, cuando fue comprada por el multimillonario coleccionista de arte Kenneth C. Griffin, por aproximadamente 200 millones de dólares.