En el sistema montañoso de Caracas – conocido por todos como «El Ávila» – se esconde un paraje escarpado y boscoso que esconde cientos de mitos y leyendas urbanas. En su extensa vegetación, a la altura de Galipán, se esconde la hacienda «Buena Vista», el lugar donde el doctor Knoche realizó diversos experimentos durante la Guerra Federal. Aquí todos los detalles.
¿Quién fue el Dr Knoche?
De acuerdo con la revista Dominical, Gottfried August Knoche fue un enigmático científico alemán que luchó en contra del proceso de descomposición de los cuerpos.
Para 1845 recibió su título de médico – en la Universidad de Halle – y se residenció en La Guaira para atender a los alemanes residenciados en el litoral. Aquí refundó el Hospital San Juan de Dios entre 1854 y 1856.
Una vez establecido, trae a vivir a Venezuela a su esposa e hijas – Josephine y Amalie Weissmann -, quienes años más tarde serían sus enfermeras y ayudantes.
Amante de su trabajo y de buen corazón, el doctor Knoche atendía a pacientes pobres y no les cobraba, por lo que se hizo conocido por ser caritativo. Asimismo, la epidemia de cólera que azotó la región durante esos años lo llevó a querer luchar en contra.
Un mausoleo perturbador en El Ávila
En La Guaira hacía largas excursiones a caballo hasta las montañas de Galipán. Al ser amante de la naturaleza y la fascinante vista desde el Picacho, ejercieron una fuerte atracción por lo que compró la hacienda «Buena Vista» en El Ávila, al pie del picacho de Galipán.
En este recinto vivió con su familia y construyó un mausoleo que atrajo la atención del pueblo. ¿Por qué? Dentro de las cuatro paredes, el doctor Knoche momificaba cadáveres.
El alemán inventó un líquido – que inyectaba en la yugular – que impedía la descomposición de los cadáveres, sin necesidad de extraer los órganos. Una vez embalsamador, el doctor Knoche llevaba los cuerpos al mausoleo.
Así, se convirtió en una leyenda de terror venezolana, puesto que los vecinos de Galipán aseguraban que luego de su muerte podían sentir su presencia en el lugar. Algunos afirmaban haber visto el fantasma del doctor deambulando por el cerro.
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Su primera víctima
El soldado José Pérez se cree que fue uno de los primeros cuerpos embalsamados, ya que durante años su cadáver fue el «vigilante» de la entrada del mausoleo. Al correrse la voz en el pueblo, muchos le escribieron peticiones para conservar por más tiempo a sus familiares difuntos.
El doctor Knoche embalsamó a varios miembros de su familia – su esposa Anna, su hermano Wilhelm Knoche, su hija Anna, su nuero Heinrich Müller – y a personalidades famosas como el político Tomás Lander o el ex presidente Francisco Linares Alcántara.
¿Cómo realizaba el líquido? Nadie lo supo. El alemán se llevó el secreto a la tumba. Algunos historiadores consideran que superó a los egipcios con sus experimentos.
El «vampiro de Galipán»
Entre 1859 y 1863, la Guerra Federal en el país desató la muerte de miles de personas en combates políticos. Para ese momento, Knoche era uno de los cirujanos del Hospital Militar de La Guaira, por lo que tenía acceso a los cuerpos.
De esta manera, el momificador alemán-venezolano metía los cadáveres en sacos y los subía en lomos de caballos y burros, transportándolos a su hacienda para momificarlos.
Aunque realizaba sus experimentos con cuerpos que no eran reclamados por familiares, sus prácticas levantaron sospechas en los habitantes y empezaron a temerle. Por eso, muchos decían que el hombre de buen corazón se había transformado en uno frío y sombrío. Desde entonces, fue apodado como el «vampiro de Galipán».