Nominado a Mejor Actor por su papel de John Larson en «Tick Tick Boom», Andrew Garfield, con tan solo 38 años, cuenta ya con dos nominaciones al premio más importante de la actuación en Hollywood. A continuación te contamos 5 cosas Nació en Estados Unidos, pero se crió y creció en Surrey, Inglaterra.
Su verdadero acento sorprende a sus fans
Como lo mencionamos antes, el actor nació en Los Ángeles, pero desde los tres años se fue a vivir a Inglaterra (su familia materna es inglesa). Los fans (y hasta Emma Stone) están acostumbrados a escucharlo hablar con acento americano, pero una vez que las cámaras se apagan el británico es el que surge.
Stone revelaría en una entrevista que cuando trabajaron juntos en Spiderman, el habló todo el tiempo con acento americano, pero una vez que dejaron de filmar fue cuando ella se percató de su verdadera forma de hablar, lo cual fue una sorpresa.
Le encanta «RuPaul Drag Race»
En su investigación para el personaje de la película «Angels in America» empezó a ver «RuPaul Drag Race» y desde entonces es un fanático del programa. Su papel requería que se vistiera de drag, por lo que comenzó a ver el reality show y hasta a llegó a afirmar que Drag Race «es el mejor programa de la televisión». Incluso ha conocido a dos concursantes Kim Chi y Detox, y fue jurado invitado en su versión inglesa.
Darle vida a Spiderman fue un sueño hecho realidad
Como todos los niños del mundo Spiderman es su héroe, así que el primer día que se colocó el disfraz para comenzar a filmar, se puso emocional. Para Andrew poder interpretar a uno de sus héroes es un gran impacto en su vida.
Se estrenó con un comercial de Doritos
La primera vez que Andrew se plantó frente a una cámara fue para un comercial de Doritos que fue grabado en España. En una entrevista en 2014 recordó que había sido una experiencia muy divertida. «Era mi primera vez frente a una cámara y lo único que pensaba era «lo logré»».
Su primer trabajo fue en Starbucks
En el programa de «Jimmy Kivel Live», Andrew dijo que su primer trabajo había sido en un Starbucks, probablemente uno de los primeros que abrieron en Londres. Admitió que le gustaba el trabajo, pero que al final lo despidieron.