Como es costumbre, The New York Times publicó su resumen en fotografías del 2020 y aquí hemos reunido 8 de las más hermosas para recordar algunos de los momentos más icónicos del año. Si las quieres ver todas, el link está al final del artículo.
Maya Gabeira rompe el récord de la ola más grande
Esta foto de Armando Franca, se posiciona como una de las mejores del año porque retrata el momento exacto en el que Maya Gabeira rompe el récord de la ola más grande de la historia surfeada por una mujer. «Las olas son tan grandes que si estás abajo en la playa, no ves nada más que rocío y espuma», dijo Franca después de tomar la foto. Es un momento histórico, la ola mide más de 23 metros.
Plaga de langostas en Kenya
Esta foto retrata la peor plaga de langostas en 70 años. La invasión atacó a Kenya, Etiopía y Somalia. Es una de las plagas migratorias más destructivas del mundo y pueden comerse en pocas horas un kilómetro de sembradíos que podrían alimentar hasta 35 mil personas. La fotografía, aunque es un momento trágico y complejo, parece sacada de un cuento de hadas.
Tres princesas en un balcón
“Subí a mi auto para ir a una parte diferente del vecindario y cuando me detuve en la cuadra, vi a esas tres niñas apiñadas en la ventana, viendo a todos celebrando. Tomé la foto. En el marco después de esa foto, las chicas me miraban. En el siguiente cuadro, desaparecieron. Fue uno de esos momentos que fue absolutamente robado. Existió por un momento diminuto antes de que me vieran «, comenta el fotógrafo.
La foto fue tomada en las comunidades judías de New Rochelle y Gibertson de Borough Park en Brooklyn.
Un mensaje del cielo
Primera vez en la historia del Vaticano que un Viernes Santo se celebra sin público. En esta ocasión, el Papa Francisco elevó su voz para pedirle a Dios que la pandemia se acabe rápido. Fue en abril del 2020.
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Abrazos en la nueva normalidad
Todo por la magia de un abrazo. Una familia de Long Island hizo una instalación que les permitiera abrazar a sus abuelos que estaban tristes, en eso Al Bello acudió al encuentro para poder retratarlo como la nueva normalidad. ““Era traslúcido y pensé: ‘Bueno, si se abrazan, podrían hacer algunas formas con sus caras’. Solo pensé, ‘Veremos qué pasa’. Entonces vinieron los padres. Los niños, los abuelos, el esposo, la esposa. La abuela se emocionó mucho y estaba abrazando a los niños y sosteniendo sus caras, agarrándoles la cara y sin soltarlos”, explicó el fotógrafo.
La moda no se detiene
Pese a que no hubo público, el diseñador Christian Siriano dijo que fue uno de los mejores desfiles que ha tenido: “Aunque fue una situación de Covid, fue una de las mejores experiencias de desfiles de moda que he tenido. La intimidad y la naturaleza relajada de la misma: uno tenía la sensación de que Christian conocía a la mayoría de las personas allí o tenía una conexión con ellas, por lo que no había esta fachada o aire ni ninguna persona o grupo de personas por encima de cada uno”, explicó el fotógrafo.
Un campo minado
Les tocó cubrir un campo minado, pero muy distinto a lo que están acostumbrados. Esta vez, tuvieron que limpiar todas las superficies posibles de un kinder garden que fue uno de los primeros focos de infección en Nueva York. La foto ha recorrido el mundo.
Vivo por ella
En algunos rincones de Europa, los vecinos se organizaban en conciertos masivos cuando los momentos de cuarentena extrema estaban más radicales. Aparecían en sus ventanas con sus instrumentos y poco a poco se les unían con voces y aplausos. Aquí una foto de Alessandro Grassani en la que una vecina queda embelesada por el sonido de su acordeón en su ventana.
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