Desde que era pequeña he sentido una gran afición por el maquillaje. Conforme fui creciendo me iba dando cuenta de que en nuestro país las opciones eran bastante reducidas y no me sentía completamente cómoda con todo lo que encontraba en tiendas o farmacias, pues es normal que de una marca existan productos que no estén pensados para cubrir todas las necesidades, y a veces sentía que había piezas que no encajaban del todo conmigo.
Hoy la situación es bastante diferente, pues la accesibilidad a productos de maquillaje es cada vez más fácil, algo que ha ido avanzando conforme con la globalización y esa proximidad que tenemos a todo con el internet y las redes sociales. Aunque cada vez hay más tiendas que traen cosas de fuera de nuestras fronteras, siempre queda la espinita de querer algo con sello venezolano, algo de calidad no solo en fórmula sino también en apariencia.
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En mi búsqueda eterna por nuevos productos de maquillaje me topé con Salome Makeup, una marca que sin duda alguna tenía que dar a conocer desde mi ventana, no solo por sus productos y su variedad, sino también porque tiene sello nacional.
El nacimiento de un sueño
Joselyn Caldeira, CEO de la marca, tuvo la cortesía de recibirme en sus oficinas y hacerme vivir la experiencia de Salome Makeup, desde la cercanía con sus productos hasta la maravillosa historia que hay detrás de este nombre. La idea surgió precisamente por ese vacío que había en el mercado de artículos que se ajustaran a las distintas necesidades de cada mujer y que fuesen de calidad, que abarcaran los diferentes puntos para lograr un maquillaje completo y además brindaran una sensación de excelencia, desde los empaques hasta la fórmula.
Decidieron dar su primer paso, hace cuatro años, con una base que tenía muchos beneficios, era ligera, lo cual la hacía perfecta para el día a día y además contaba con protección solar, un punto bastante importante en la salud del rostro.
Este fue su producto estrella, el cual logró hacer que la marca se posicionara entre sus clientas como una aliada para la belleza. A partir de aquí supieron que las venezolanas merecían tener, no uno, sino muchos productos que las
hicieran sentir confiadas y hermosas, como ese fiel amigo que impulsa nuestra coquetería.
Maquillaje con sello venezolano
Toda la idea, el diseño, el concepto, la formulación; absolutamente todos los pasos importantes en esta marca son llevados y pensados por mentes venezolanas, que poco a poco han impulsado a este nombre hasta tener el reconocimiento que hoy tiene. Tanto ha sido su crecimiento, que han abarcado el mercado de una forma particular, pues su impulso se debe al apoyo de influencers y tiendas virtuales que los han levantado hasta materializar el sueño de tener sus propias tiendas, de las cuales hoy son 5 en varios lugares de Caracas.
Sin embargo, Joselyn nos recuerda que este éxito no llegó solo, y aunque ha sido bastante grande en un período corto de tiempo, la verdad es que hay un trabajo detrás bastante minucioso, dedicado, perfeccionista y sensible. Pues la única intención de la marca es ofrecer un resultado de calidad que satisfaga las necesidades de cada persona que recurre a Salome Makeup en búsqueda de buenas opciones.
Tanto ha sido su empeño por lograr este objetivo, que me confesó que el tiempo estimado que se puede llevar la creación de un nuevo producto es de entre 6 meses a un año; pues hasta que la idea no se ha materializado realmente como se pensó no se puede sacar al mercado.
El propósito es que las personas que compran un producto de Salome crean en él como ellos mismos lo hacen, ya que no venden solo maquillaje, sino también valores de trabajo, calidad y satisfacción.
Grandes palabras para definirse
Al preguntarle a Joselyn como describía a las personas que usaban los productos de esta marca de cosméticos me aseguró que cada uno de ellos está pensado para sembrar seguridad, pasión y bienestar, comentando que parte de su proceso se basa en crear artículos que garanticen la salud del rostro.
Emprendedores, trabajadores y glamurosos son los grupos en los que Salome Makeup quiere ser partícipe, es una marca que quiere hacer vida entre personas que saben lo que quieren, que confían en lo hecho en Venezuela y que saben que el maquillaje es un apoyo para la belleza. Pues solo así se entiende y valora todo lo que este proyecto quiere transmitir.
Un paso por el planeta
Hoy en día la sostenibilidad es una de las características que se aprecian en las nuevas marcas, y esta no podía quedar atrás. Debo confesar que me alivió mucho saber que esta compañía saca a la venta productos que son libres de crueldad animal, y, no obstante, están trabajando por ser cada vez más amigables con el ambiente.
Han dejado de lado los empaques de plástico, y han migrado al camino del vidrio y el cartón, los cuales, desde mi punto de vista, no solo dan una sensación más lujosa, sino que también son menos agresivos con el planeta. Además, utilizan productos sintéticos para la elaboración de sus brochas.
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Futuros proyectos
El 2021 es el año de llevar a cabo nuevos proyectos, y por supuesto esta marca de maquillaje no se puede quedar atrás. Así que Caldeira me confesó que están trabajando en varios productos nuevos que quieren agregar a su línea permanente como un corrector hidrdante y una paleta de sombras de 70 tonos, que promete traer sorpresas, más allá de la excelente calidad y pigmentación de las que se encuentran ya disponibles.
Fue una gran experiencia conocer esta marca de cerca, y me da orgullo y satisfacción saber que es una historia que se está contando desde la visita de una amante del maquillaje a una marca que promete cambiar por completo el sentido de la industria del maquillaje en Venezuela, lo cual resulta refrescante, admirable y emocionante.
Por: Estefanía Roa.
Créditos:
Diseñador Gráfico de la marca: Danny Rengel
Modelo: Sabrina Deraneck
Fotógrafo: @Cafeinart