Si eres amante de la lectura, sabes que no hay nada mejor que el olor a libros viejos. Las páginas amarillentas y las ediciones antiguas se sienten como tesoros extraordinarios que han sobrevivido al paso del tiempo. Pero el frenesí comienza con el olor, aquí te vamos a explicar por qué es tan placentero:
Un olor familiar
No hay nada mejor que recorrer una librería antigua y poder embriagarse con el olor de sus libros. Describirlo resulta imposible, pero es una mezcla deliciosa que te hace sentir parte de algo grande e importante. Esta combinación nace gracias a la descomposición de sus materiales, aquí te explicamos:
Si te huelen a almendras, es por el Benzaldehído, que normalmente se utiliza en la composición de las tapas de los libros.
Si te huelen a dulce, es gracias al etilbenceno, que está presente en la creación de las páginas de papel (y a veces, en la tinta).
Si te parece que huelen ligeramente a vainilla, es por el vanillin que sale de la descomposición de lignin que es un polímero que se utiliza en la composición del papel.
Ahora, si le encuentras un olor floral, es el 2-etilhexanol que se produce con la descomposición de algunos químicos que se usan para la tinta.
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El delicioso olor de los libros viejos, nace de la combinación de todos estos químicos que han sido descubiertos luego del estudio de 75 libros viejos antiguos, por el Journal of Chromatography en el 2014.
Vellichor
Si amas los libros antiguos, esta palabra es para ti. Realmente no existe en ningún idioma, es una idea que nació en redes sociales y se ha popularizado gracias a los usuarios.
La palabra vellichor (en inglés), traduce como la nostalgia de las librerías de libros antiguos que esconden siglos de historias y mundos que han dejado de existir.
Importante: si bien oler los libros viejos resulta placentero, debes tener cuidado con ediciones muy antiguas (más de 50 años), porque pueden tener hongos peligrosos para tu salud.