No todo es glamour en la realeza. La monarquía británica se ha caracterizado por estar llena de escándalos sociales propiciados por sus propios miembros. Además de los recientes titulares sobre Meghan y Harry, la famosa familia real esconde una serie de fracturas sin sanar en su historia.
La monarquía se caracteriza por ser extremadamente privada con sus asuntos íntimos, pero con la separación de Diana y el príncipe Carlos, se filtraron cientos de historias muy poco favorecedoras. En confesiones íntimas hechas por la princesa de Gales, se demuestra que la monarquía está llena de negocios sucios y movimientos que buscan esconder los errores ajenos.
Una de las cualidades principales de Diana fue su advocada maternidad. Completamente diferente a Carlos, quien jamás se sintió demasiado interesado por el cuidado de sus pequeños. Aquí tienes dos historias que nos demuestran que está lejos de ser el papá perfecto.
Un padre extremadamente ausente
En 1991, el príncipe Guillermo tuvo un accidente que le partió el cráneo y tuvo que ser operado de emergencia. Estaba jugando golf con sus amigos –tenía solo ocho años- y un incidente con uno de los palos lo dejó casi inconsciente. Lo llevaron inmediatamente al hospital. Diana se quedó con el dos días sin dejarlo ni un segundo. Carlos, se fue 30 minutos después de que lo internaran porque iría a un evento social de la realeza.
Esto marcó notablemente su popularidad como padre. People Magazine publicó un artículo diciendo: “Preguntas para un padre ausente”, en el que narran toda la situación. Richard Aylard quien era su secretario y asesor privado, le escribió después del incidente que era imperativo que el público lo viera junto a sus hijos para que creyeran que era un buen padre. Según cuenta la historia, Carlos respondió la carta con una sola palabra: “Try” (Intentar).
¿Harry fue un niño ‘no deseado’?
No por Diana que lo amaba, sino por su padre. Andrew Morton fue el escritor encargado de publicar las memorias de Diana en primera persona, bajo confesiones íntimas y reales de la ‘Princesa de Gales’. En el libro, narra la historia de cómo Carlos se decepcionó al momento del nacimiento de Harry.
Carlos estaba desesperado por tener una hija. Mientras Diana estaba embarazada de Harry en 1984, mantuvo como secreto que estaba esperando un niño, para evitar malos tratos por parte de su esposo.
Según cuenta la misma Diana, en el momento en el que vio a Harry, Carlos dijo: “Oh Dios, es un niño y encima, es pelirrojo” (los pelirrojos son víctimas constantes de ataques burlistas)… “En ese momento un pedazo de mi alma se rompió, algo dentro de mi murió para siempre”, escribió la Princesa tras escuchar a su esposo hablar así de su propio hijo.
«Ella piensa que él es un mal padre, un padre egoísta, los niños tienen que relacionarse con lo que está haciendo. Nunca retrasará, cancelará ni cambiará nada que haya resuelto para su beneficio. Es un reflejo de la forma en que fue criado y es la historia que se repite».
El adulterio es una carga que llevará siempre
En el documental “Diana in her own words”, aparece la flamante princesa contando su historia con Carlos y lo mucho que sufrió en todo su matrimonio. Además del adulterio evidente junto a Camila, también cuenta cómo él la maltrataba psicológicamente y hacía comentarios indecentes sobre su peso.
Según cuentan algunos biógrafos reales, éstas confesiones marcaron especialmente a Harry quien le costó mucho trabajo perdonar a su padre luego de enterarse de todo. Él siempre fue más sensible con respecto a su madre y no le perdona a la corona que lo hicieran caminar en un show público en el funeral de Diana.
Ahora el trío que aspira la corona lleva una vida mucho más diplomática. Si bien la ruptura de Harry con la realeza fue un golpe bajo para la familia, todos se mantienen en contacto y buscan llevar una relación lo más amena posible.