Una noche en la que el mundo se paraliza para hablar de moda, esconde un secreto extraordinario tras su creación. Además de darle a los diseñadores un foco de atención y a las celebridades un evento de libre interpretación, el Met Gala tiene la responsabilidad de mantener toda la historia de la moda, resguardada en un evento anual.
Un evento benéfico para la moda
El Met Gala comenzó en 1948, bajo la idea de una publicista de moda muy reconocida de la época: Eleanor Lambert. Su presencia en el mundo de la moda es trascendental: además de ser una de las fundadoras del Museum of Modern Arts (MoMA), uno de los más importantes del mundo, fue la principal ejecutora de la New York Fashion Week.
Enamorada completamente del mundo de la moda, dirigió su carrera a posicionarla en los negocios. No solo como una industria rentable, sino como un testigo importantísimo de la cultura. Con el propósito de impulsar a los diseñadores emergentes y a mantener la moda como un negocio sustentable, decidió crear lo que hoy conocemos como el Met Gala.
No siempre fue glamoroso, sus comienzos fueron simples. Comenzó como una cena en la que se reunirían todos aquellos aficionados al estilo con un precio fijo de 50 dólares. Todas las ganancias iban para el instituto de diseño del Metropolitan Museum of Art (Met), en donde se refugiaban y apoyaban a un grupo de diseñadores destacados.
Por años, fue un evento benéfico más (de los miles) que hacían en el centro de Nueva York, pero una mujer cambió todo.
Diana Vreeland, la mujer tras el éxito del Met
Desde 1948 hasta 1972, el Met Gala fue un simple show benéfico con muy poca relevancia social. Diana Vreeland, una periodista de moda cambió eso completamente cuando comenzó a trabajar como consultora e investigadora en el museo.
Vreeland tenía una trayectora envidiable, había sido editora de Harpers Bazaar y Vogue, dos de las revistas de moda más importantes del mundo y era la consultora de vestuario de Jacqueline Kennedy. Tenía un millón de contactos en la industria y sabía que podía transformarla para siempre.
Era una workaholic incansable, desde su llegada al Met, se triplicaron las exposiciones y esto mejoró notablemente las visitas: toda un genio del fashion marketing. El show se empezó a catapultar cuando artistas como Andy Warhol, Diana Ross, Elizabeth Taylor y Cher, aparecían en la cena.
¿Cuál fue la clave del éxito? Las temáticas
En 1963, Vreeland cambió el concepto de la cena y le dio un toque especial: todos debían vestirse de acuerdo a un tópico específico para hacerle homenaje a algún diseñador, movimiento artístico o época del año. El primer tema fue ‘El mundo de Balenciaga’, el famoso español que revolucionó el mundo con su estilo excéntrico y pintoresco.
Desde ese momento, las celebridades comenzaron a tomarle atención al evento y el Costume Institute recibió cada vez más donaciones.
Las temáticas no solo le dieron al MetGala un factor diferenciador, sino que lo transformaron en una noche histórica que busca ver la interpretación de un mismo tópico, desde las perspectivas de cientos de invitados. Además, Vreeland logró transformar por completo la industria de la moda, haciéndola parte inseparable de la historia.
El Costume Institute: un clóset universal
El Met Gala no solo es una oportunidad para que los diseñadores muestren sus creaciones, es el registro absoluto de la historia mundial en prendas de ropa. La colección del Costume Institute, tiene más de treinta y tres mil objetos representa siete siglos de ropa y accesorios de moda para hombres, mujeres y niños, desde el siglo XV hasta el presente.
Así que la próxima vez que veas el Met Gala, recuerda que detrás de cada escalón, se encuentran siete siglos de nuestra historia. ¡Maravilloso!