EN FOTOS: La mansión embrujada “en donde vivió el diablo” está en venta

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Una estructura enorme llena de pasadizos secretos y enormes habitaciones, está ubicada al norte de Irlanda. Pese a que parece ser por fuera, una mansión digna de la realeza, todos los que viven alrededor le tiene terror. Con fama de ser una “mansión embrujada”, la propiedad ahora está en venta para algún valiente que desee luchar contra los fantasmas y además, encargarse de los gastos de las reparaciones.

La leyenda de Loftus Hall

La mansión embrujada ha sido además de hogar de familia, centro turístico, hotel y hasta convento.

Cuenta la leyenda que durante una fuerte tormenta, un forastero se acercó a la entrada de la mansión con su caballo, después de que su barco fue abatido por las olas. Fue invitado a pasar y pasó varios días con la familia Tottenham, los dueños de la casa en el momento.

El forastero logró establecer una relación bastante cercana con Anne Tottenham, la más joven de la familia. Una noche, mientras jugaban cartas, Anne dejó caer una y cuando se agachó a recogerla, se dio cuenta que su invitado tenía pezuñas en lugar de pies. Apenas el forastero sintió el terror de la joven, escapó por el techo convertido en una tormenta de fuego.

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Anne Tottenham jamás se recuperó del episodio, entró en estado de shock y comenzó a perder la cabeza poco a poco. La familia la encerró en una de las habitaciones para que nadie la viera en ese estado. Murió un par de años después, todavía siendo muy joven, pero jamás abandonó la casa.

La familia Tottenham y su servidumbre continuaban viéndola vagueando por los alrededores. En búsqueda de liberarse del espectro, llamaron al sacerdote del pueblo Fr. Broaders para que exorcizara la casa, pero no lo logró del todo. Jamás pudo con el cuarto en el que murió la joven. Por eso se cree que la casa la visitó el mismísimo diablo.

Los que han visitado la famosa mansión embrujada aseguran que se puede sentir una atmósfera extraña.

La historia se popularizó con los años y la leyenda comenzó a ser parte de las conversaciones del pueblo. La casa en el 2012 abrió para visitas guiadas (aunque su interior está prácticamente en ruinas), y los visitantes reportaron una “atmósfera extraña” y algunos incluso, aseguraron haber visto fantasmas.

Aunque la casa ha sido remodelada cientos de veces, conserva el misticismo de una construcción de época.

La historia de la construcción

El primer castillo comenzó a construirse en 1170, por el caballero Raymonf Les Gros. Permaneció a su familia hasta 1650. Al principio se llamaba Redmond Hall, cuando cambió de dueños en 1666 (el número diabólico, según dicen), se renombró Loftus Hall y se ha mantenido así década tras década.

La mansión es inmensa y además, cuenta con jardines y cientos de metros de áreas comunes.

La casa comenzó a renovarse según pasaban los años, el edificio tal como lo conocemos hoy, nace de una reinvención hecha entre 1872 y 1879 por el marqués de Ely, Jon Wellington Graham Loftus, quien quiso darle un toque más moderno puesto que esperaba la visita de la reina Victoria de Reino Unido, puesto que la madre de Loftus formaba parte de su corte privada.

Las renovaciones hechas en la casa, incluso la modificación de algunos jardines, fueron inspiradas por el Osborne House, una de las mansiones británicas más famosas de la época por su marcado estilo arquitectónico inspirado en el renacimiento italiano.

Cuando la familia Loftus se quedó sin descendencia, la casa fue comprada por la orden benedictina de monjas. Transformaron el lugar en una escuela desde 1917 hasta 1980. Era escuela, iglesia, y convento, todo al mismo tiempo.

Pese a su gran tamaño y su terreno inmenso, la casa salió a la venta en el 2011 por 800.000 dólares, el precio actual debe oscilar el mismo rango porque nadie la quiere comprar por temor a su mala fama.

La orden terminó por venderla porque quedó en bancarrota. La compró un empresario y la transformó en un hotel que duró solo 7 años abierto, los huéspedes se quejaban de las “malas energías” que tenía la casa.

Por último, en el 2011, la familia Quigley, decidió comprarla tal como un objeto de colección. Invirtieron en los soportes para que su estructura original se mantuviera intacta y han trabajado en pro de mantenerla lo más alejada de problemas posible, pero han decidido venderla y ahora, puede ser tuya.

Si te atreves a entrar, puedes saber más sobre el proceso de compra haciendo clic aquí.

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