Elie Saab propone una amalgama de materiales exquisitos y líneas seguras inspiradas en los audaces años noventa en su nueva colección. Une la opulencia y el minimalismo para invocar una «gracia sin miedo».
Tonos llamativos y texturas suntuosas enriquecen las siluetas más sencillas. Destacan los bloques de colores fuertes de verde laurel, púrpura real y fucsia azalea, realzando los vestidos que se envuelven en una variedad de escotes pronunciados.
También se ven volantes plisados que explotan desde las líneas de los hombros y la cintura. Una variedad de exuberantes texturas aterciopeladas envuelven el cuerpo de la cabeza a los pies en grandes americanas, jerséis, pantalones pitillo y plataformas.
Por supuesto las lentejuelas relucientes coquetean con encaje escalonado y macramé en movimientos de transparencia y opacidad. Lo que hace que los vestidos de crepé con cortes metálicos marquen curvas y contornos naturales.
Brillo y más brillo
El diseñador libanés presentó de todo un poco. Chaquetas bomber de lentejuelas bordadas en motivos de inspiración floral añaden un toque de brillo a la ropa de día sofisticada y un toque salvaje para salir por la noche. Las plumas susurran suavemente por todas partes, como detalles finos en prendas de punto orgánicas o adornos caprichosos en abrigos de plumón con monograma matelassé.
Un toque rebelde y grunge se encuentra en el atrevido exceso de flecos de cuero y los cristales que realzan el corpiño de un vestido baby-doll negro. Lentejuelas verticales monocromáticas inundan la ropa de noche, con destellos de púrpuras y verdes que se entrelazan con tul bordado para crear looks llamativos que gritan con actitud.