La casa de Nelson Mandela en Johannesburgo, Sudáfrica, ha sido convertida en un lindo y elegante hotel. Los turistas que la visiten, además de pasear y dormir en la casa del líder sudafricano, incluso pueden degustar sus platos preferidos, los cuales son preparados por quien era su cocinera.
De estilo colonial
El edificio, que queda en una zona acomodada de Johannesburgo, solo ha conservado su fachada de color blanco, ya por dentro ha sido totalmente remodelado. Asimismo se colocaron numerosos ventanales para que el interior siempre esté bañado de luz natural. Cuenta con habitaciones que llevan por nombre los apodos con los que cariñosamente llamaban a Mandela, como Madiba o Tata.
Espacios con historia
Cuenta con nueve habitaciones y la suite presidencial es por supuesto la habitación de quien fuera el primer presidente negro de ese país, quien luchó incansablemente contra el apartheid, el sistema de segregación racial por el que se rigió Sudáfrica muchos años, en el que los negros no podían frecuentar y mucho menos tratar a personas blancas. En las paredes del hotel todavía se pueden ver los grabados de su nieto como el número de prisionero o su apodo.
Un lugar para descansar
El hotel abrió sus puertas en septiembre, se llama Sanctuary Mandela, y su objetivo es que los clientes puedan inspirarse de la tranquilidad y energía positiva del líder sudafricano. La directiva del hotel busca quitarle el halo de solemnidad o museo a la edificación. Quieren que los huéspedes se sientan en su casa, e incluso se pueden ver fotos y grabados de Mandela en plan de abuelo y riendo.
Una trabajadora protagonista de la historia
Xoliswa Ndoyiya, la cocinera del mandatario y que ahora es la jefa de la cocina del restaurante, explica que el menú se inspira en sus platos favoritos. Recuerda a Mandela como una persona afable, que comía mucha fruta y que el pollo se lo devoraba hasta los huesos. El director quiere que los clientes lleguen a la casa por Nelson y que regresen por el lugar. Su objetivo es reflejar dos calidades esenciales del expresidente sudafricano: «la humildad y la elegancia».