¿Quién es Alejandra de Gales? La princesa antecesora de Diana que puso de moda la cojera y fue la más popular de la familia

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Con fiebres reumáticas y agudas sorderas, Alejandra de Gales se convirtió en la nuera de la longeva Reina Victoria de Inglaterra. Su unión con el Príncipe de Gales y futuro Eduardo VII la hizo soportar continuas infidelidades y ser el punto de mira. A pesar de su ascendencia danesa, logró ganarse el cariño de los ingleses. Aquí los detalles de su vida.

Desde las sombras

En 1844, en tiempo de revoluciones liberales y de cambios en la frontera, nació Alejandra de Gales en Copenhague. Con una infancia sencilla, la joven creció acompañada de su hermana Dagmar – futura emperatriz de Rusia – y Jorge – quien llegaría a ser proclamado Rey de Grecia -.

Aunque su familia era desconocida, por diferentes circunstancias dinásticas, su padre Cristian Schleswig-Holstein – un príncipe de rango menor – fue elegido como sucesor de Federico VII, Rey de los daneses.

Un enlace poco deseado

La candidatura de Alejandra como esposa del heredero británico – Alberto Eduardo – no fue bien vista por las cortes continentales. A pesar de no estar muy dispuesta a consentir el matrimonio, el triunfo de los prusianos hizo a la reina Victoria cambiar de opinión.

Con tan solo 18 años, la futura princesa de Gales se casó en la capilla de St. George en el Palacio de Windsor en 1863. Desde ese momento, tuvo que soportar los continuos escándalos de Eduardo.

Un matrimonio gris

Muchas mujeres hicieron de su matrimonio una experiencia desagradable. Su esposo tuvo infinidad de amantes con mujeres como la bisabuela de la Reina o Lady Jennie Churchill, madre de Winston Churchill.

Ante ello, a Alejandra de Gales le costó integrarse en la Corte de los Sajonia-Coburgo – conocida posteriormente como Windsor – y liberarse del control de la reina Victoria. A su vez, no fue fácil llevarse bien con sus cuñadas, ya que Disraeli y Gladstone se repartían el Gobierno y apenas dejaban que el irresponsable príncipe de Gales actuara. A pesar de las adversidades y de sus problemas de salud – fiebres reumáticas y una agudizada sordera -, Alejandra se convirtió en el personaje más popular.

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El Hombre Elefante y su apoyo al sida

La tatarabuela del rey Carlos II moldeó el personaje que hoy se asocia con la princesa de Gales: una mujer comprometida que abandera muchas causas sociales, tiene un porte regio y buen gusto al vestir.

Para mayo de 1887, con la inauguración de dos edificios en el Hospital Real de Londres, la princesa Alejandra visitó a Joseph Merrick, el Hombre Elefante. Este hombre de 24 años contaba con malformaciones y fue paseado como fenómeno en las ferias ambulantes.

Según diferentes biografías, la esposa del príncipe heredero Eduardo habló con él en su habitación y le regaló un retrato suyo firmado. Desde ese momento, la princesa Alejandra le enviaba cada año una tarjeta de Navidad.

Por su parte, otro de sus compromisos era visitar a pacientes con sida. Así, se involucró con la comunidad médica, colaboró por muchos años con el Hospital Real de Londres y tuvo un papel decisivo en ciertos avances médicos. Para 1900, la princesa presionó al hospital para probar la lámpara Finsen, un dispositivo pionero en el uso de luz ultravioleta para tratar el lupus.

Un ícono de estilo

Alejandra de Gales fue admirada por muchas mujeres. Era vista con admiración, por lo que todas querían copiar su estilo y compraban vestidos en las mismas tiendas de Londres y París.

De esta manera, las gargantillas de perlas y los diamantes que ocultaban su cicatriz en el cuello se pusieron de moda. Asimismo, dada su cojera, las londinenses empezaron a confundir el calzado con caminar con un zapato plano en un pie y un tacón en el otro. Por este motivo, las calles de la capital se llenaron de mujeres con caminatas vacilantes como signo de elegancia.

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