¡Historias especiales! Madres destacadas de Venezuela comparten su dicha de celebrar este día

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Este día lleno de historias para que los hijos rindan homenaje a sus madres y les recuerden la valiosa misión que tienen en este mundo. Elegimos a cuatro madres, sus nombres resuenan en distintos escenarios, Ana Virginia Escobar, Eyla Adrián, Carmen Montelongo y Aisha Stambouli

Las madres son el ingrediente infaltable de la vida de sus hijos, el pilar en sus familias y van a estar conectadas con el corazón y alma de sus retoños, porque tengan la edad que sea, siempre serán sus protectoras y consentidoras por excelencia. Estas mamás celebran su día, entre la música, la cocina, el periodismo y la televisión, cada una logra cumplir con muchos retos profesionales, pero su principal objetivo, es que su familia sea feliz, que sus hijos tengan valores y poder celebrar junto a ellos, cada peldaño que suban en esta escalera de la vida.

Ana Virginia, La Noticia más Importante de su Vida

Ana Virginia Escobar estudió Periodismo en la UCV, es de las mujeres que comparte un ritmo de vida sabroso, entre la información por su trabajo y las tertulias en casa con su familia, especialmente con su hija Eugenia, a quien le queda poco para graduarse de bachiller. Eu, como le dicen de cariño, es su mayor orgullo y su gran bendición, la mirada se ilumina cada vez que habla de ella, y sin están cerquita, transmiten mucho amor.

«Aunque suene a frase trillada, mi vida cambió 180° infinitamente mejor, desde el momento en que me enteré de que Eu venía en camino, el 30 de abril de 2005, día de mi cumpleaños. A partir de ahí, todo ha sido sencillamente hermoso, no lo cambiaría por nada. Cada momento ha tenido su encanto, y aunque dicen que ‘niño pequeño, problema pequeño, niño grande, problema grande’, esta etapa de la adolescencia, también la he disfrutado, entendiendo que solo la viviré una vez, porque Eugenia es mi única hija».

Falta poco para que su hija reciba el título en su colegio y Ana, celebre este nuevo paso en su vida. «En este instante estoy sacándole el jugo a su etapa final en el colegio, con las gaitas, sus fiestas, los exámenes, la preparación para la universidad y finalmente su graduación. Ella se ríe (afortunadamente no se pone brava), porque le tomo fotos y videos a todo, pero luego de que me negaba a eso en RCTV y perdí muchos recuerdos importantes, decidí, que aunque me digan exagerada, siempre voy a fotografiar los momentos importantes, pero también los cotidianos de mi familia, porque me llena de felicidad revivirlos. Así que allí estaré todos estos días y seguro también, cuando entre a la universidad, registrando cada momento».

Madurez

Un momento difícil que tuvo un resultado maravilloso, lo compartieron en el Instagram y fueron consuelo para muchas familias, que pasan por la misma situación, con la certeza del final feliz.

«De Eugenia aprendo todos los días de mi vida. Es una verdadera maestra, una niña muy madura, que me enseña tanto y ha sido así siempre, pero en lo que va de 2023, me ha sorprendido. Eu se sometió a una cirugía de columna, en enero de este año, por una escoliosis idiopática del adolescente. Una operación en extremo fuerte, muy dolorosa y retadora, pero ella, desde el mismo momento en que supo de la intervención, lo asumió con muchísima madurez».

Ana, una madre las 24 horas. «Solo me pidió ir a la procesión de la Divina Pastora, antes del procedimiento y así lo hizo. Luego afrontó con mucha fuerza lo que vino, aunque pasó días muy fuertes, aguantó todo. Siempre estuve para ella, pero quien llevaba el dolor era mi Eu, aunque hubiera preferido llevarlo yo. Le indicaron un medicamento muy fuerte para controlar el dolor, a los pocos días de tomarlo, ella sola me dijo que ya no quería más. A partir de ese día se hizo cargo de su dolor y su recuperación. Esa cirugía nos unió mucho más, hoy solo puedo decir con todo mi corazón, que la admiro enormemente, le doy gracias a Dios por darme este regalo tan maravilloso: mi hija Eugenia Sofía Sequera Escobar».

Eyla Adrián, Una Familia con Aprendizaje y Diversión

Eyla es modelo, locutora, animadora y más, un sinfín de camino en los medios de comunicación. Madre de cuatro hijos, cada uno la hace sentir orgullosa, algo que refleja en la felicidad que siempre comparte, con esa sonrisa inmensa. Su alegría acompañada de valores y disciplina, han sido claves en el crecimiento de sus hijos, ahora vive una nueva etapa, sin dejar de estar cerca de ellos.

«Es muy difícil explicar la maternidad, sin pasar por clichés o frases repetidas, pero, ¡Son totalmente ciertas! Ser madre es una bendición, y en mi caso, cuatro. Tengo dos princesas y dos caballeros, las mayores en la universidad y los menores en el colegio. Cada uno de ellos es único, aportan a mi vida alegría y felicidad total».

Aprendizaje

Cada vez que los menciona o vive alguno de sus grandes momentos, es un nivel superado, por lo que disfruta vivir y ayudar en cada paso de Victoria, Carlota, Matthias y Alan, sus cuatro hijos. «De ellos aprendo todo, desde nuevas palabras hasta nuevas formas de ver y entender la vida, creo que a su edad, todo era menos complicado, siento que a ellos les ha tocado crecer, pero en una realidad más dinámica y retadora».

Ahora es que vienen más experiencias en la vida de sus retoños. «Siendo madre, estoy viviendo la mayor de las aventuras, en la que estoy llegando a ese punto, en el que viene mi máxima prueba: el dejarlos extender sus alas, llenas de todo lo aprendido, volar a vivir sus vidas y escribir sus caminos. Ahora entiendo el por qué de los padres que anhelan ser abuelos, es una segunda oportunidad. ¡Felicidades a todas las madres en su día!»

Carmen Montelongo, Un Día en El Fogón del Corazón

La Montelongo, como cariñosamente la llaman sus amigos, es Licenciada es Licenciada en Letras de la UCAB, pero cocinar es su delirio y tiene unos seguidores que la aman, por su forma de ser tan cercana. Con su hija Andrea, tiene una relación genial, se cuentan todo y hasta comparten recetas, tienen cada una su estilo, pero el corazón igual de bonito.

«Ser madre es un milagro absoluto en mi vida. Perdí mi primer embarazo a los 26 años y me extirparon un ovario a los 29. Andrea vino al mundo contra todo pronóstico y deseos de quedarse; después de ella, perdí dos bebes más, así que ser madre es mi regalo particular de Dios. Mi hija Andrea, es mi verso perfecto y mi plato más hermoso. Ser madre me ha hecho mejor persona, más valiente, más arriesgada, más centrada, más feliz, mi muchachita es el motor de mi vida y mi gasolina».

Su hija tiene 24 años, la relación con ella siempre ha sido muy cercana y llena de confianza. «No sólo la amo porque es mi hija, sino que la admiro como ser humano que lucha por sus ideales y además «me cae bien» y me caería bien aunque no fuese mi hija, es de esas personas bonitas, altruistas, creativas y con sentido del humor que me encantan. Ya se independizó y vive con su pareja, pero sigue siendo ‘mi niña’. No soy sobreprotectora, tampoco opino sino me lo consulta, aunque suele contármelo o hasta donde se puede. Es incondicional y agradecida. La amo y disfruto su etapa adulta, tanto como cuando era chiquita».

Aventuras

Cada día es una experiencia llena del amor más puro y de muchas risas, un aprendizaje que las dos disfrutan a cada instante. «Aprendizaje y muchas experiencias que ambas ha disfrutado. «De mi hija he aprendido la importancia de ser auténtico, el valor de amar y aceptar a cada quien, con tolerancia. Ella me ha enseñado tanto, es que llegó a mi vida para que yo conociera, el don más hermoso que existe, que es la empatía, que nos permite conectar con muchas personas y ser feliz, en la felicidad del otro».

Está absolutamente segura, que no sería la mujer que es, sino fuese la mamá de Andrea. «Tengo muchísimos momentos inolvidables con ella, pero todos comienzan con el más importante, el día que nació, cambió mi vida para siempre».

Aisha Stambouli, La Melodía de la ternura

Aisha es actriz y cantante, una mujer que sigue adelante ante cualquier situación, protegiendo a lo más valioso de su vida, su hijo Eithan de 3 años de edad, su gran amor. La complicidad y la ternura que se disfruta de los dos, es inigualable, una mirada honesta, una sonrisa traviesa, pero con el más profundo sentir, esa unión bonita de madre e hijo, que nos recuerda la importancia de una buena relación entre los hijos y sus mamás.

«Ser madre es lo más hermoso que me ha pasado en la vida. Estoy convencida, que es parte de mi misión. Estar al lado de Eithan y guiarlo, llevarlo de la mano, es la prioridad en mi vida. No existe nada que se iguale con eso. Siempre supe que quería ser mamá, cuando el sueño se hizo realidad, confirmé que nada iba a ser más importante jamás. Disfruto al máximo ésta etapa, intento no perderme ningún momento».

Aisha, afirma que aprende cada día de la suspicacia y la bondad de Eithan, de su sonrisa traviesa e inocente a la vez, de su capacidad de observar y sentir, siendo tan pequeñito.

Valores

«Quiero dejarle el legado de la lealtad, del amor incondicional, porque nunca muere, cuando es verdadero. Quiero que preserve la capacidad de luchar, hasta conseguir sus sueños y de saber alejar de su vida, cualquier cosa o persona, que no le aporte sabiduría, lo distraiga de su meta o le sabotee su camino».

Con solo ver sus fotos, sabemos que se la pasan muy bien juntos, seguro tendrán muchas experiencias que recordar. «Nos gusta compartir todo, desde la hora de despertamos, hasta la hora de dormir. Los momentos cantando en el carro, mientras vamos a la escuela, los cumpleaños de sus amiguitos, los Shabbat en familia y el encendido de las velas. ¡Todo absolutamente todo!».

Fotos: Cortesía
Fotos de Aisha: Yenny Contreras 
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