“Cuando el amor llega así de esta manera, uno no se da ni cuenta…” Es el inicio de la canción tradicional venezolana más icónica de todos los tiempos. Lo más increíble, es que años después de su publicación oficial en 1980, Simón Díaz contó la historia que lo inspiró a escribirlo y además confesó su componente autobiográfico.
Pongámonos en contexto
Simón Díaz, es el cantante venezolano de folclor tradicional más famoso de todos los tiempos. Nació en Barbacoa, estado Aragua, vivió gran parte de su vida rodeado de llano. Llegó a la música gracias a su padre, quien formaba parte de la banda del pueblo. El entretenimiento principal de su comunidad, era reunirse a escuchar a los cantantes y músicos locales.
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Reunirse entre músicos y hacer contrapunteos, es una de las tradiciones más antiguas de nuestra música llanera tradicional. ¿Qué es un contrapunteo? Una competencia entre dos cantantes, que buscan ganar la ‘palabra final’ en un debate de ideas. ¿Cuál es el propósito? Mostrar sus destrezas y su dominio del léxico y las rimas, hasta dejar sin palabras a su oponente.
Simón Díaz, además de destacarse por sus talentos musicales, era excelente en improvisación. Su dominio de las palabras lo hacían en uno de los contrapuntistas más difíciles de combatir. Su historia con ‘Caballo viejo’, nació justamente de un contrapunteo con un giro en la trama bien divertido de contar.
Cuando el amor llega así de esta manera…
Toda la historia detrás de “Caballo viejo”, la tenemos gracias a una entrevista que le hizo Leonardo Padrón para su libro ‘Los imposibles’ (donde habla con personalidades importantísimas para la cultura) y Simón Díaz, fue uno de sus invitados.
El famoso tío Simón, lo contó así:
Yo tenía un programa en el Canal 8, en Venezolana de Televisión, que se llamaba Venezolanamente. En una ocasión fui al llano a grabar una cosa que se llama “galapagueada”, que es una cosa bien bonita que hacemos allá para agarrar esos animalitos en el río para comérselos.
Estábamos en San Fernando de Apure y yo le digo a uno de los empelados míos que me consiguiera para el día siguiente a unos músicos con arpa, cuatro y maracas y a un cantante.
Efectivamente, a la mañana siguiente, como a las 10, llegaron los músicos pero no llegó un cantante sino una cantante de 19 años, linda y cantaba precioso. Bueno, yo me enamoré de ella y ella de mí, pero en ese momento nada más.
Nos fuimos a grabar el programa y en la noche yo me puse a recitarle unos versos…
Esta muchacha tan linda, sentada en esa silleta, mi cariño se empaqueta, cuando la veo yo a ella, que parece aquí una estrella, que está pensando conmigo. Yo soy un hombre testigo, buscando un beso bien fino…
Y le digo una cantidad de cosas. Y resulta que se paró un muchacho a contestarme y empezamos a hacer un contrapunteo Tin, tin, tin, tin, tin. Pero un contrapunteo que duró más de una hora ¡Fue tan bueno ese contrapunteo! ¿Sabes quién era el muchacho? Pues el novio de ella.
Bueno, ella se lo llevó y se fueron. Al día siguiente, en la mañana, cuando nos estábamos desayunando, yo le digo a los muchachos: “¿Se acuerdan de aquello de anoche?”… “Ah no, Simón. Eso de anoche fue un espectáculo, qué cosa tan buena, ese contrapunteo, ésa es una de las cosas más buenas que hemos oído”, me dicen.
Y entonces les digo: “Oigan lo que le compuse”. Y les canté Caballo Viejo. La compuse como entre las 6 y las 8 de la mañana recordándome del episodio de la noche anterior.
Después de esta vida, no hay otra oportunidad
La canción se ha reinterpretado más de 350 veces, traducido a más de 15 idiomas difentes y versionada por grandes íconos de la música mundial como Julio Iglesias, Plácido Domingo, Celia Cruz, Gilberto Santa Rosa, etc.
Entenderla como un episodio autobiográfico y además, la maravilla de saber que la compuso en una noche, hace que la canción sea todavía más especial. Él la explica así:
“Se trata de un caballo viejo que la gente había sacado a la calle y cuando un caballito viejo está en la calle y se enamora, ay, ay, ay. Por eso la canción dice al final el potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad. Caballo viejo no puede perder la flor que le dan, porque después de esta vida, no hay otra oportunidad”.
Un lujo saber qué inspiró al tío Simón a escribir su himno. ¡Gracias siempre, maestro!