¿Quieres ser feliz? El ikigai, la filosofía japonesa que persigue la felicidad

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Un pequeño análisis de tus gustos y comportamientos, serán la base ideal para que pongas en práctica una filosofía japonesa que busca hacerte más feliz. No es una ciencia de otro mundo, simplemente una forma de ver el mundo que tiene el propósito de hacerte más feliz, más exitoso y, además, más útil para la sociedad. ¡Es sencillamente perfecto!

¿Qué es el Ikigai?

Una pequeña palabra que esconde un significado extraordinario: “Iki” es sinónimo de vida y “Kai”, es acción o razón. Juntos crean un concepto que dice «la razón de vivir» o «la razón de ser». El Ikigai es una filosofía que tiene como propósito, fomentar el análisis interior de nuestras habilidades, para conseguir una actividad que nos haga felices.

Pero, ¿Qué es la felicidad? Todos queremos ser felices, pero pocos son capaces de describir lo que es «Ser feliz», para completar el concepto, el Ikigai resume la felicidad en un simple precepto: utilidad.

El ikigai es la mezcla perfecta entre ser útil para el mundo, ser productivo para tu familia y ser feliz contigo mismo. Sentir que el trabajo al que le dedicas todo tu tiempo, genera una diferencia positiva en el mundo, es lo que te mantiene motivado y lo que hará que trabajes con más pasión y con menos obligación.

Sentirte útil para el mundo, es sinónimo de felicidad porque le da un sentido a tu vida. Te da una misión y un lugar que es solo tuyo.

¿Cómo aplicar el Ikigai?

Es un proceso de reconocimiento interior que solo tú puedes hacer.

Todos tenemos una misión, por más que suene algo trillado, cada ser humano tiene un conjunto de habilidades únicas y especiales. Para poder ser felices, necesitamos entender cuáles son nuestras fortalezas y cómo podemos usarlas para nuestro provecho. Aquí tienes 4 preguntas que pueden servirte de guía para descubrir cuál es tu Ikigai:
¿Cuál es tu elemento? Analiza tu método de trabajo, ¿te gusta la soledad o la compañía? ¿El aire libre o una oficina? ¿Los horarios flexibles o prefieres la disciplina?
¿Con qué actividades sientes que el tiempo se te pasó volando? Este es uno de los mejores indicadores, cuando estás haciendo algo que disfrutas, la percepción del tiempo se altera y sientes que el mundo va más rápido.
¿Qué te resulta fácil hacer? Hay miles de talentos naturales, desde la organización, hasta la cocina, analiza qué resulta fácil para ti –que para los demás quizás sea un desafío- y te orientarás.
¿Qué te gustaba hacer cuando eras pequeño? La mayoría de los intereses se forjan cuando aún somos niños –y muchas veces no tomamos consciencia de eso-. Recuerda tu infancia y analiza las actividades que más te gustaban.

Es el secreto de longevidad de los japoneses

El secreto es pensar en tus habilidades, las necesidades del mundo y al mismo tiempo: tu pasión. Cuando lo unes, tendrás tu Ikigai.

El mundo está tan industrializado que incluso la felicidad se ha convertido en parte de la industria. El sinónimo de éxito se traduce -en tiempos modernos-, en tu número de seguidores o la cantidad de dígitos de tu cuenta bancaria, pero el Ikigai, profesa una forma de pensamiento mucho más íntima, personal, llena de vida.

No necesitas ser el CEO de una compañía inmensa, ni tampoco tener millones de seguidores en Instagram. Lo que verdaderamente NECESITAS es descubrir cuál es la razón por la que despiertas todos los días: tu motivo para vivir. Quizás es la panadería, ¿Imaginas lo delicioso que quedará un pan hecho por alguien que siente PASIÓN por lo que hace? Ese es justamente el propósito.

En Okinawa, en Japón, las personas viven más de 100 años. Tienen la tasa de longevidad más alta del mundo y es porque dedican su vida a perseguir el Ikigai: su propósito de vida. Porque si te dedicas todos los días a hacer lo que te apasiona, en lo que eres bueno y además, resulta ser útil: no necesitarás nada más.

¡A perseguir el Ikigai!

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