Un mundo lleno de colores y una visión futurista del arte, transformó a Carlos Cruz-Diez en un maestro del arte cinético mundial. Con una visión revolucionaria trascendió las barreras de la cotidianidad, convirtiéndose en un referente extraordinario del arte venezolano. Su vida estuvo llena de estudios y descubrimientos que lo convirtieron en un ícono mundial.
¿Cómo comenzó su historia?
Su acercamiento al mundo artístico comenzó muy temprano, sentado en el escritorio de su padre, quien tenía una pequeña fábrica de botellas de gaseosas. Según rescatan sus memorias, de niño disfrutaba mezclar líneas de colores y pinturas, además, sentía fascinación por la forma en la que la luz atravesaba los vidrios de colores.
A los 17 años tomó la decisión formal de estudiar artes y comenzó su carrera en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas. En los salones de clases, descubrió su camino. Entendió que el arte era parte de su destino y se dedicó a explorar todas sus áreas.
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El inicio del arte cinético
Sus inicios como pintor clásico fueron muy exitosos, pero él quería marcar una diferencia.
Entendió que el arte era un mundo muy amplio y se permitió la subjetividad al momento de crear. Eligió voluntariamente recorrer caminos desconocidos en la exploración del color con la meta de crear su propio camino.
Cruz-Diez se dio cuenta que, si quería embarcar un camino diferente, debía educar el ojo del público para lo que él presentaba, por eso se dedicó a estudiar todo lo referente al cinetismo y a la mezcla de colores.
“Cuando empecé a exponer mis obras la gente no entendía nada. Como no había objetos ni formas la gente pasaba de largo y no se detenía. Somos adoradores de la forma y la gente al no encontrar ninguna ni hallar nada que mirar, se iba. Por eso sentí la necesidad de explicarlo, porque el arte es para ellos, para su placer. Y es que la gente mira, pero no ve«, explicó el artista en una entrevista realizada por la periodista Fitta Jarque para el diario español El País.
Un maestro del arte mundial
La visión creativa de Cruz-Diez, resultó tan innovadora que fue un éxito internacional. Sus investigaciones y descubrimientos, aportaron una visión diferente del fenómeno cromático.
El maestro Cruz-Diez, contó con más de 70 años de carrera artística. Sus obras hacen vida en las colecciones permanentes del Museum of Modern Art (MoMA) en Nueva York; Tate Modern de Londres; Centre Pompidou en París; Museum of Fine Art de Houston, entre otros centros culturales.
Su necesidad de enseñar, lo llevaron a fundar tres talleres de arte en Caracas, París y Panamá. También creó la Cruz-Diez Art Foundation en Houston y recibió la Legión de Honor (Légion d’Honneur) por parte del gobierno francés, catalogándolo como un ciudadano notable y extraordinario.
Su legado es inmortal y permanecerá vigente en cada una de sus obras. Por siempre el arte cinético venezolano, será sinónimo de Carlos Cruz-Diez.