Tras la muerte de Jorge VI, la Reina tomó el trono hace 70 años y su cutis no ha perdido un apéndice de luminosidad desde su juventud. Esto lo confirmó el fotógrafo real David Bailey en una reciente entrevista para el Telegraph. Aquí los secretos del cuidado de la piel de Isabel II.
Aire fresco y tranquilidad para brillar
Aunque selecciona colores vibrante para sus labiales, la tez cuidada de la monarca británica la diferencia de la mayoría de las mujeres menores a ella. Isabel II no le debe su buen cutis solamente a la genética, ya que ese resplandor inconfundible lo logra gracias a otros factores.
Su fórmula antiedad está en deuda con Balmoral, puesto que al estar de vacaciones se consigue un brillo saludable en el rostro y sus innumerables jornadas al aire libre, disfrutando de sus fincas, ha beneficiado a su piel.
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Isabel II le dice sí al protector solar y a una dieta saludable
¿Cómo protege su piel? La Reina mezcla su base con protector solar y un toque de colorete a modo de acabado, así crea una barrera contra los rayos UV y la contaminación.
El acabado de porcelana de su piel afirma que no se expone con regularidad al sol. Por ello, los sombreros o el parasol son sus mejores aliados contra el sol y las arrugas.
Además, siempre se ha mantenido alejada del estrés y su proceso de envejecimiento ha seguido su curso natural. Asimismo, su dieta equilibrada a base de productos orgánicos – preparada por el chef del palacio de Buckingham – contribuye con la luminosidad de su rostro.
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Claves para iluminar el rostro
Isabel II sabe cómo resaltar la luminosidad de su rostro, al encontrar un equilibrio entre su piel y el maquillaje. Cuando la monarca usa pintalabios en tonos coral, ilumina sus mejillas con colorete rosa. Este último se aplica en la parte superior para elevar el rostro.
A su vez, evita usar lápiz de cejas para que no contrasten con su cabello plateado porque sus cejas claras y canas le dan un toque extra de luz.