Oswaldo Vigas: La voz en el espejo, se inaugura el 21 de febrero en la Galería Kwai Fung Hin de Hong Kong. Una exposición para conocer el legado de un visionario, que logró conectar lo ancestral y lo contemporáneo, lo visible y lo invisible, a través de una práctica artística
La Galería Kwai Fung Hin presenta La voz en el espejo, una muestra dedicada al maestro modernista latinoamericano, Oswaldo Vigas (1923–2014). Celebra la creatividad inagotable del artista, tras su regreso de París a Venezuela, en 1964. La selección abarca pintura, escultura, cerámica y tapiz, destacando el arte de Vigas, en la segunda mitad de su carrera.
La voz en el espejo, inspirada en el título de un texto del antes mencionado poeta, permite encapsular el universo creativo de Vigas: la superposición de mitos, realidades y culturas. En sus últimas décadas, las figuras de Vigas, se redujeron a formas esenciales, evocando la ingenuidad del dibujo infantil, y conectando lo humano con la naturaleza. en su estado más elemental. Estas composiciones gráficas, que recuerdan tanto las pinturas rupestres, como el arte del graffiti, son un acercamiento al imaginario expandido del artista.
Oswaldo Vigas es la voz en el espejo
Tras 12 años en París, Vigas regresó a su país con una visión clara: capturar el espíritu ancestral de América Latina, en un mundo que avanzaba vertiginosamente hacia la modernidad. “En mi obra hay una constante: el intento de restablecer nuestra conexión corpórea y espiritual con la naturaleza. Todo forma parte de un todo, como un espejo mágico que refleja lo que no queremos ver”.
Piezas como Floreciente (1967), estas figuras emergen como entidades vivas, moldeadas por el paisaje. Para Vigas, «diferentes elementos naturales, como plantas, insectos, tierra y minerales, nunca deberían haberse separado». Obras posteriores, como Agoríferas Tropicales (1976), muestran una transición hacia formas más definidas y vibrantes, con contornos decididos y colores terrosos, que reafirman la presencia de sus personajes, en un mundo en constante cambio.
La versatilidad de Vigas, se refleja en su exploración de diversos medios, como las esculturas Divinidad Lunar (1987) y las cerámicas Cabeza de Brujita XI (1981). Para el artista, cada material tenía un significado cultural e histórico. Su incursión en el tapiz, con obras como Dos Entes (2004), demuestra su capacidad para renovar técnicas tradicionales y conectarlas con la sensibilidad contemporánea.