Los Saboya han puesto en marcha una batalla legal contra el Gobierno italiano para recuperar las joyas de la Corona. Este tesoro lo custodia el banco de Italia, pero los herederos reclaman sus pertenencias. Aquí todos los detalles de las joyas reales que nadie ha visto en 76 años.
Botín real
Las joyas de la corona británica son vistas por todos en el museo de la Torre de Londres, pero en Italia son invisibles desde 1946.
Este tesoro cuenta con 6372 brillantes y 2000 perlas, de distintas formas y medidas, montados sobre collares, aros, diademas y broches que han lucido reinas y princesas como Elena de Orleans, Margarita Teresa de Saboya o María José de Bélgica, consorte del último monarca italiano.
Suceso turbulento
Las joyas reales tienen una historia antigua y oscura, como la de la propia monarquía en Italia. Estas se encontraban custodiadas en una caja fuerte del palacio del Quirinal – en aquel momento residencia oficial de la familia real.
Pero tres días después del referéndum, Alcide De Gasperi – el primer ministro de ese entonces – pidió al rey saliente – Humberto II – que entregara las alhajas de la corona.
¿Por qué tomó esa decisión? De Gasperi alegó que, según las disposiciones de la Constitución del Reino de Italia, las joyas se entregaban “como dotación” a los reyes para el desempeño de sus funciones, pero no como propiedad personal.
Así, el tesoro pasó a una cámara acorazada en el sótano del Banco de Italia, dirigido por Luigi Einaudi – quien poco después se convirtió en el segundo presidente de la República italiana.
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¿Y las joyas a quién pertenecen?
Al entregar las joyas reales al Banco de Italia se realizó un acta que establece que deben ser conservadas y “mantenidas a disposición de quienes tengan derecho a ellas”, pero no deja claro si hace alusión al Estado italiano o a la familia Saboya.
De acuerdo con los herederos reales, el príncipe Víctor Manuel y las princesas María Gabriela, María Pia y María Beatriz, el tesoro les pertenece.
Sergio Orlandi, abogado de la familia, señala a El País: “Según la normativa, el banco es el depositario y debe devolver las joyas a los depositantes, los herederos”. Por ello, reclamará en los tribunales la propiedad y la devolución de las joyas, que el gobierno italiano y el Banco de Italia han rechazado hasta ahora.
Ocultas en las sombras
En 76 años de República nadie ha pensado en qué hacer o cómo valorar el tesoro real. En 2006 la región del Piamonte – cuna de los Saboya – pidió exponer las joyas, como hace la Corona británica que recauda millones de libras cada año.
Mario Draghi – en aquel entonces gobernador del Banco de Italia – dio el visto bueno, pero la exposición no se concretó porque nunca llegó la necesaria aprobación del gobierno.
El cofre con las joyas solo se abrió en 1976, con autorización de un juez, para catalogar las piezas. Además, se temía que en ese tiempo pudieran haber sido robadas. El peritaje lo hizo la firma Bulgari y determinó su valor en unos 2.000 millones de liras, cerca de 18 millones de euros actuales.