Smile 2, la secuela de la película del mismo nombre, esta vez protagonizada por Naomi Scott, llegó a las salas del cine del país para sembrar el terror.
Y no, no es una exageración. Sin ser amante de este género del cine, Smile 2 sorprende, no por su argumento que es un cliché (una entidad maligna posee a las personas y las obliga a quitarse la vida de una forma violenta y espeluznante), sino por la forma en que lo presenta y lo desarrolla, amen de la destacada actuación de Naomi Scott quien nos vende a la perfección su atormentada estrella de pop Skye Ryle.
Más horror
Si algo había quedado claro con la primera entrega es que su director, Parker Finn, quería darle una vuelta de tuerca a este tipo de películas y en esta secuela lo logra. Aquí el terror no es solo hacia la criatura malevola que posee a todo aquel que se le cruce, sino lo que ésta le hace al huesped.
La entidad logra que veamos a lo más profundo y despreciable de nuestro ser, eso que no nos gusta y que rechazamos con pasión y ahí es donde radica el verdadero terror. Además, el hecho de que logren hacer de una sonrisa algo bien siniestro es para aplaudir.
La historia
Parker Finn nos sitúa en Nueva York y la protagonista es una exitosa estrella de pop. Nada más por esto, vale la pena verla, uno nunca se espera que le pase algo malo a la estrella que todos aman y esto es parte del atractivo de esta historia. Nos muestra el lado sombrío del mundo del entretenimiento. Las presiones a las que son sometidas los artistas y cómo manejan las mismas.
En esta historia Skye no solo tiene que lidiar con el peso de la fama, sino con el dolor de un accidente automovilístico, bajo la influencia de las drogas, en la que pierde la vida su novio (un actor) y ella sale con secuelas no solo mentales, sino físicas. Es bajo esta premisa que es poseida por la entidad.
Naomi Scott
Esta actriz británica, recordada por ser la princesa Jazmín en el live action de Aladdin, brilla como la estrella de pop atormentada, no solo por sus propios demonios, sino por el ente sobrenatural que la acosa.
Lleva toda la película sobre sus hombros y lo hace de una excelente manera. Tememos por Skye y vemos cómo cada minuto que pasa desciende más en su abismo y lo hace estupendamente.
Al respecto de su personaje, Finn, explicó que se inspiró en cantantes venidas a desgracia como Amy Winehouse y Britney Spears para crear a este personaje.
El desenlace
Los últimos minutos de la película son los mejores. Llega un punto en que se sufre con Skye y temes porque aunque pareciera obvio, nunca ves venir lo que va a pasar. El final impacta y deja una puerta abierta para una tercera entrega.
No podemos terminar sin mencionar a Ray Nicholson, el hijo de Jack Nicholson, y que se roba la pantalla en los pocos minutos que aparece.
Otra cosa, quienes quieran ver la primera película está en Netflix y Amazon Prime.