Gastaba a manos llenas y engañó a toda la alta sociedad neoyorkina, Anna Sorokin, mejor conocida como Anna Delvey, es la protagonista en la que se basa la nueva serie de Netflix «Inventing Anna», escrita por Shonda Rhimes (Grey’s Anatomy, Bridgerton). La serie de nueve episodios se basa en un artículo de la revista «New York» que relató las andanzas de la mujer en la Gran Manzana hasta que cayò presa y la condenaron. En la serie Julie Garner es Anna, Anna Chlumsky es Vivian la reportera y Katie Lowes es Rachel, una amiga estafada por Anna. A continuación te contamos quién es y qué hizo Anna Sorokin.
Anna la heredera alemana
De 2014 a 2018 Anna tomó a Nueva York bajó un hechizo. La joven aseguraba que era una heredera alemana y que tenía un fideicomiso por 60 millones de dólares. Con esa historia se le abrieron las puertas de lo más exclusivo de la ciudad que nunca duerme. Cenas, viajes, hoteles y amistades con gente influyente. Lo cierto es que no tenía una gran fortuna. Era una rusa inmigrante que había llegado cuando niña a Alemania y sus padres eran de clase trabajadora, no los magnates del petróleo que ella decía que eran.
Nace Anna Delvey
En 2007 se traslada a Londres para estudiar diseño en la prestigiosa escuela Saint Martins, pero lo dejó y regresó a Alemania. Luego consigue una pasantía en la revista «Purple» en París. Es en ese momento en que decide dejar de ser Anna Sorokin, para transformarse en Anna Delvey. Gracias a la naturaleza de su trabajo tuvo acceso a numerosas fiestas y eventos y comenzó su estilo de vida fraudulento.
Vida en Nueva York
Es en esta ciudad donde se desata su nuevo estilo de vida. La joven solía vestir ropas de las más afamadas firmas, dejar propinas de $100 y hospedarse en hoteles de lujo hasta que luego de tres meses la echaban por no pagar las cuentas. Haciendo creer que era una heredera más de un hotel permitía que se hospedara mientras llegaba una transferencia (la cual por supuesto nunca llegaba) y al dar tarjetas de crédito estas siempre rebotaban. Cuando eso sucedía le pedía a los amigos un préstamo y la excusa era que el papá le tenía bloqueado el dinero.
Estaba obsesionada con construir un club exclusivo de arte el cual se iba a llamar «Fundación Anna Delvey». La idea era alquilar un edificio por $ 20 millones remodelarlo y que fuera una especie de galería de arte, hotel 5 estrellas, con tres restaurantes de lujos. Para este proyecto sumó a arquitectos con renombre, chefs reconocidos y mecenas y fondos de inversión. Pidió préstamos a bancos, en uno se lo negaron porque nunca era posible corroborar lo que decía, sin embargo, otro estuvo a punto de darle el dinero, pero para eso debía dar $ 100.000 como garantía, los consiguió de otro banco y cuando se enteró que necesitaban corroborar en Alemania lo que decía desistió.
Deudas en hoteles y viaje a Marruecos
Anna solo se hospedaba en hoteles cinco estrellas. Llegó a acumular deudas de $ 30.000 por su estadía. Cuando los trabajadores se deban cuenta que el dinero nunca iba a llegar le sacaban las cosas del cuarto y se las confiscaban. Luego se iba a otro hotel y así hasta que se dieran cuenta. En 2017 le propuso a su amiga Rachel Williams ir a Marruecos de vacaciones, todo pagado por ella, además invitó a su entrenadora y a un camarógrafo para que documentara su vida. Se hospedaron en el resort de lujo La Mamounia, en una villa privada, los primeros días todo fue sin problemas, pero ya al cuarto el hotel exigió una tarjeta de crédito válida. Por supuesto Anna no tenía y le pidió a Rachel que colocara la suya y que de regreso le pagaba con una transferencia. Nunca llegó. Rachel tenía una deuda de $ 62.000. Y fue en ese momento que levantó sospechas en el círculo donde se movía
Enfrenta la justicia
En 2017 fue arrestada tras haber dejado sin pagar una factura de casi 12.000 dólares en un hotel de lujo y se enfrentó a un juicio que fue seguido con gran expectación en Estados Unidos. Fue acusada de seis delitos graves y un delito menor por falsificar documentos del banco para la Fundación Anna Delvey. También por hacer cheques sin fondos y cobrarlos mientras el cheque estaba en ese limbo de verificación.
Pasó dos años en la prisión de Rikers Island antes de enfrentarse a un jurado popular. En mayo de 2019, fue declarada culpable de seis de los ocho cargos en su contra y sentenciada a entre cuatro y 12 años de prisión, además de tener que pagar una multa de 24.000 dólares y una restitución de 199.000 dólares, y ser deportada a Alemania después de cumplir sentencia. Actualmente se encuentra detenida en un Centro de Detención para Inmigrantes (ICE por sus siglas en inglés) en espera de su deportación.