¡Talento venezolano! Lluvia Montero Velandia, la artista trans que transforma su sensibilidad en ilustraciones

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Entre líneas sutiles y sentimientos complejos transformados en ilustraciones llenas de empatía, Lluvia Montero Velandia es una artista transgénero venezolana que hace vida en Buenos Aires. Aquí te contamos más de su historia.

Sensibilidad, sutileza y belleza

Su pasión por el arte comenzó desde muy pequeña y logró pulir sus talentos estudiando artes visuales. Descubriéndose entre montañas y comunidades estudiantiles, Lluvia desarrolló una sensibilidad especial que explora en sus dibujos y ahora, su estilo propio conquista las redes sociales y diferentes proyectos editoriales.

Uno de sus proyectos fundamentales, fue la ilustración de un poemario en inglés hecho en homenaje a Esdras Parra, poeta trans venezolana: “Fue un proyecto hecho por completo por personas trans, fue muy especial. Además, los poemas de Esdras son preciosos y me identifico con ellos por la forma en la que habla de Mérida y las montañas”, explica Lluvia.

«When you feel unimportant around someone», Ilustración de Lluvia Montero Velandia.

Con líneas que se funden entre sí y paletas de colores armónicas y suaves, esta artista venezolana logra contar historias con sus dibujos y también, se especializa en retratos personales. Además, le entusiasman los proyectos editoriales infantiles: “Toda la ilustración editorial me llama la atención y puedo llevar cualquier idea a la realidad si la historia está clara”, comenta Lluvia quien trabaja como artista freelancer.

La representación es un arma de doble filo

Lluvia transforma con sorprendente precisión complejidades emocionales, en imágenes legibles y comprensibles, esta habilidad ha sido de gran utilidad para lidiar con sus propias batallas: “Cuando empecé a ilustrar, era una catarsis, podía ver con más claridad lo que me pasaba, lo hacía mucho para desahogarme”.

En búsqueda de compartir su visión con el mundo, comenzó a publicar sus creaciones en Instagram y conectó rápidamente con la comunidad lgbtq+. El feedback que tenía con su audiencia la hizo darse cuenta de que se estaba convirtiendo en la representante de una comunidad y quiso hacerse responsable de ese nuevo rol.

“Me gusta la representación, pero si te soy sincera, es difícil ser abiertamente trans en Internet porque es un arma de doble filo. Al principio mi arte era muy auto flagelante y me daba miedo que lo que yo mostrara, afectara a personas trans mucho más pequeñas que yo y las hiciera ver el mundo muy depresivo. Siempre me preguntaba si me gustaba o no representar mi vida de esa forma”, confiesa.

Lluvia pasó de utilizar su arte para traducir sus emociones negativas, a utilizarla como una lupa de las cosas positivas que la acompañaban: “¿De verdad mi imagen va a ser mi vida es solo triste? Verlo desde ese punto de vista me hacía estar aún más deprimida. Con el tiempo pasó de ser un método de desahogo, a representar el amor que estaba en mi vida, porque eso merecía estar representado”.

“Cuando empiezo a ilustrar el amor que hay en mi vida, con mis parejas, con mis amigas, lo bello que hay en la diversidad, hubo un cambio también en mi vida sobre cómo percibía y me percibía”, explica. Ahora, aunque en momentos complejos sigue utilizando su arte como catarsis, también su pincel le da un foco de atención al amor de forma íntima y sensible, para inmortalizar y agradecer.

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Autorretratos que dicen la verdad

Frida Kahlo solía decir que se pintaba a sí misma porque se conocía a la perfección, Lluvia desde los 5 años sabía quién era y también, se retrataba de esa manera: “Desde pequeña me dibujaba a mí como me quería ver y eran dibujos que escondía de mi familia. Hacía muchos muchos autorretratos”, comenta.

Originaria de Barinas, con 15 años de edad salió del closet ante su madre como mujer trans y lesbiana: “Cuando salí del clóset me llevaron a una psicóloga para que me curara, por suerte, la psicóloga dijo que esto no era una enfermedad y que no se iba a curar, pero me dijo que no podía transicionar hasta los 25 años, porque estaba muy joven”, recuerda.

Utilizaba su talento para dibujarse tal como se sentía.

Inhabilitada para comenzar su transición con apoyo médico –y de sus padres-, Lluvia se mudó a Mérida a estudiar Diseño Gráfico en la Universidad de Los Andes y fueron las montañas del páramo las que la hicieron sentir un poco más de libertad: “Yo veía Mérida como una oportunidad de empezar de cero, me sentía en una burbuja. Por suerte, es una ciudad universitaria y la mayoría de las personas con las que trataba eran estudiantes, me sentía a salvo”.

Pero aun en una burbuja, Lluvia seguía sin poder vivir como quería y el miedo la acompañaba constantemente: “Camino a la universidad, escuchaba en el autobús que mataban muchas mujeres trans y usaban sus dead names*, y siempre informaban que Venezuela era el tercer país en Latinoamérica que más mujeres trans asesinaban”, cuenta.

No fue hasta años después que pudo iniciar su proceso de acompañamiento médico cuando se mudó a Buenos Aires, Argentina, en donde vive actualmente con una identidad que sí le pertenece: “A principios de este año tuve mi DNI con mi nombre y mi género”.

En Venezuela nunca lo hubiera logrado porque no existe una ley de identidad de género: “Yo siento a Venezuela muy atrás y no le tengo mucha esperanza. Es muy lamentable”, confiesa la venezolana quien asegura admirar a figuras trans de nuestro país, como Tamara Adrián.

Arte sensible al alcance de un click

Lluvia Montero Velandia vive en Buenos Aires, pero lleva las historias venezolanas siempre presente. Haciéndole homenajes a leyendas de nuestro país como La Loca Luz Caraballo y La Llorona, la artista explora todo tipo de temática con una ejecución perfecta que no sacrifica su estilo.

Además, trabaja con ilustraciones personalizadas para regalos especiales y también, para proyectos más extensos (como libros infantiles, poemarios, novelas, etc.).  Si quieres contactarla, encuéntrala en su cuenta de Instagram como @LluviaVelandia y en su catálogo de Behance haciendo click aquí.

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