La Semana de la Moda de Nueva York, como era de esperarse, ha dado mucho de qué hablar, principalmente, por la colección que presentó la firma Longchamp, la cual logró darle en el clave con unas piezas ideadas en lo que las mujeres quieren hoy en día.
Su directora creativa, Sophie Delafontaine, fue la mente detrás de está gran colección, la cual acertó con el gusto de las féminas: prendas effortless pero que al mismo tiempo causen impacto. Estos atuendos súper femeninos con un toque emblemático fue lo que presentó la firma en la New York Fashion Week.
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Entre los diseños se pudo apreciar un folclor bastante arraigado, otros con estampados por todos lados y, también, se dejó ver un poco la tendencia de la logomanía. A su vez, la paleta estuvo marcada por una fuerte combinación cruda de algunos tonos neutros con uno que otro toque de color.
De acuerdo a Delafontaine, toda esta colección se la atribuye a la conocida diseñadora de interiores, Andrée Putman, y también a su emblemática alfombra para el Concorde de Air France, misma a la cual se le hizo una replica en la pasarela.
De igual forma, con los atuendos se dio un aire de los años 60 y 70 con un toque de los clásicos parisinos contrastado con la perspectiva neoyorquina. Los vestidos de seda fluidos se toparon con faldas de lana de oveja recortada, mientras que las blusas blancas con lazos largos se emparejaron con cuero tachonado en color plateado. Otro elemento que destacó fueron los chalecos cortos combinados con faldas sueltas a la altura del tobillo.
Esta colección dio como resultado que la mujer se viese cosmopolita vestida para dos ciudades completamente distintas y, además, se dejó ver una esencia en ellas mediante su estilo, y es que la colección tiene básicos imprescindibles y auténticos al mismo tiempo.