La venezolana María Amaría, marca la diferencia en el mundo dulce. «Cuando hay pasión es imposible esconderlo, y eso habla por sí solo. También otros aspectos como la atención al detalle, la personalización, la atención, el tiempo dedicado a cada cliente, la armonía visual y más»
Sus creaciones son emblemáticas, María Amaría es una venezolana que impacta en muchos países, gracias a su creatividad, disciplina, constancia y pasión. «Me encanta hacer pasteles de boda, usualmente trato de conocer a los novios y saber bastante sobre su evento, para lograr crear algo verdaderamente significativo».
Su trabajo es único y ama que la reconozcan como venezolana. «El diferenciador siento, que es realmente, el toque humano de intención y compromiso, que cada quien tenga con su proyecto. Es un orgullo representar a mi país y demostrar que el talento venezolano, puede competir a nivel global, con calidad, creatividad y pasión. El boca a boca, las redes sociales y la autenticidad de mi trabajo, han sido clave».
María Amaría conquista paladares
Estudio Psicología Organizacional, y Lengua y cultura francesa, entre Miami y Francia. Su formación en la cocina, ha sido casi por completo autodidacta e intuitiva. «Me encanta tomar talleres especializados, y comprar recetas de profesionales en el mundo de la repostería, que me llamen la atención. Sin duda, quisiera profundizar un poco más mis conocimientos y estudiar en alguna academia, como Le Cordon Bleu o el Culinary Institute, siento que sería una profesión muy linda de estudiar».
Desde pequeña, siempre sintió una fascinación especial, por la repostería y la estética de los postres. La cocina siempre ha sido el corazón de su casa, cuenta que a su mamá y a su abuela, les fascina cocinar, seguro lo heredó de ellas. «Estuve muchos años trabajando en México en el mundo corporativo, pero sentía que no encajaba, lo que me gustaba era hacer cosas tangibles con las manos, y ver desarrollar una idea, hasta convertirla en algo material. Empecé como un hobby, desarrollando recetas para una marca, y en pandemia, decidí renunciar, mudarme a Madrid, y empezar desde cero un nuevo proyecto. Presentía que a Madrid, le hacían falta postres, y con esta gotita de intuición, me fui a la aventura».
Empezó a hacer postres para familiares y amigos, esto ayudó a perfeccionar sus técnicas y a desarrollar su estilo. María Amaría, confiesa que es muy visual, por eso disfruta hacer tortas, sólo para fotografiarlas. Con su arte llamó la atención de más personas, a través de su Instagram. Comenzó a contactar a influencers y a marcas, para hacerles pasteles y así tener más visualización.
Directo al paladar
Lo que más solicitan, es un clásico, las dome cakes (cúpulas) decoradas con buttercream y flores de temporada. Su primera experiencia en el exterior, fue una boda en Suiza.
«Preparé su pastel de bodas y una pavlova exquisita. Compartí toda la logística y la experiencia en mis redes sociales, lo que generó gran interés y surgió una de las líneas de mi negocio: ‘Destination Wedding Cakes’. Es difícil encontrar un repostero, que pueda materializar la visión de una pareja, cuando la boda se celebra en ciudades alejadas de las grandes capitales. Como me encanta viajar por trabajo, este tipo de proyectos me apasionan. Además, he tenido la oportunidad de colaborar con marcas internacionales, lo que me ha permitido conectar audiencias de distintos países y expandir el alcance de mi trabajo».
Por mucho tiempo, trabajó independiente, pero ahora alguien más la apoya en marketing y Relaciones públicas, y un equipo de freelancers para sus trabajos. También cuenta con el apoyo de su familia, amigos y pareja, quienes dice, han sido fundamentales en este camino.
Venezuela siempre presente
María Amaría se hace sentir en el mundo, es venezolana y ama cada uno de sus proyectos. «Me parece increíble, cada vez que me preguntan de dónde soy y digo «venezolana», amo mis raíces y a mi familia, quienes siempre me apoyaron en mi sueño y confiaron en mí. Es un orgullo representar a mi país y demostrar que el talento venezolano, puede competir en el mundo, con calidad, creatividad y pasión. También me encanta cuando reconocen mi acento y me escriben ‘yo también soy venezolan@'».
Uno de sus retos significativos, también sumó a su carrera. «Hacer postres para una boda a 30 minutos de Venecia. Logramos realizar en dos días de preparación, una pavlova gigante para 100 personas, de una cena de bienvenida, y 5 pasteles rellenos para el día de la boda. Sin haber conocido previamente el lugar y llevando todo el equipo desde Madrid».
Este año, María Amaría, quiere consolidar sus planes, la idea es abrir un cake studio, establecer colaboraciones con grandes marcas y lanzar cursos digitales. «También quiero seguir creando experiencias únicas en bodas y eventos especiales, y explorar nuevas formas de fusionar arte y repostería».
Sus creaciones deliciosas siguen llegando a muchas partes del mundo, aunque resulte difícil creer que se puede lograr, ella es el vivo ejemplo de que sí es posible. «A los que apuestan por este mundo de la pastelería, les diría que lo hagan, no hay trabajo, sueño u oficio pequeño, si se hace con dedicación, disciplina y empeño. Hay un aspecto meditativo dentro de la repostería, que es muy gratificante. Como en todo trabajo creativo, realmente no hay límite, puede ser una extensión de ti y tu esencia, como lo es para mí».
En su cuenta de Instagram @maria___amaria y en su página web, pueden disfrutar un poco más de su arte www.mariaamaria.com
@vanesitaalves
