Eric Martín empezó a hacer pan porque éste escaseaba. Así comienza su aventura y romance con las masas de trigo. «No quería iniciarme en el mundo de la bollería, lo que quería era hacer pan, porque no queríamos hacer la cola para comprarlo», pero gracias a ese deseo, Eric descubrió que tenía duende para las masas. Fue su abuela quien lo apoyó cuando más lo necesitaba, ella, su mémé, financió su primer curso de panadería y el resto es historia.
Estuvo tres semanas en Barcelona, España, donde aprendió (además de la fabricación de masas y hojaldre) el trabajo desde adentro de panaderías y bollerías, y consideró que era posible hacerlo en el país. Luego de muchos escollos, este año abrió Mémé, su pastelería café en Los Palos Grandes, donde se consiguen los croissants más ricos de la ciudad.
Hace dos años abrió su primer local solo para dar clases, pero sus amigos, viendo la calidad de su producto lo animaron a vender. Sin embargo, uno de los pilares de Eric es enseñar, impulsar el tema de los croissants para generar competencia. «Es importante para nosotros porque la competencia genera excelencia.Hay gente que rescató el croissant como Azú y St.Honoré, pero son muy pocos». En su local da cursos de bollería, croissants, macarons, tartaletas, entre otros.
Explica que la idea es generar «love mark», que la gente ame la marca tanto como ellos, generar una experiencia completa en el consumidor desde que entra a su local hasta que sale, nada difícil en Mémé, que la diferencia se siente nada más entrar. A continuación te contamos los cinco platos que debes probar cuando vayas a Mémé.
El croissant
Desde el simple hasta el de pistacho, pasando por el de nutella y el de almendras todos son espectaculares. Con un sabor y olor a mantequilla que aturde, un crujiente que seduce y un sabor inigualable, uno se siente comiendo un croissant de una boulangerie de París. También tienen croissants dulces rellenos que son preparados al momento como el de crema pastelera y el chocofresa. Asimismo tienen croissants salados que rellenan al momento con jamón serrano o salmón y queso crema.
Las palmeritas
De las más populares y deseadas. Se elaboran con la misma masa del croissant, no con la de hojaldre tradicional. Son suavecitas y tienen el azúcar en su punto. Ni demasiada, ni poca. Si uno come una, provoca comerlas todas.
Los macarons
Tienen variedad de sabores, pero destaca el de patilla con yerbabuena. Es un macaron, diferente, refrescante y muy original. El de lamington cake también es maravilloso, todo el sabor de esta clásica torta australiana en un macaron, el de torta de zanahoria delicioso y diferente, y por supuesto teníamos que incluir el de caramelo salado.
Las danesas
En su búsqueda de la innovación, Eric, nos sorprende con este giro de tuerca de las tradicionales danesas, o como se conocen acá: las caracolas. En Mémé hacen saladas y tienen de topping jamón serrano, champiñones o queso de cabra ahumado. Son de buen tamaño, ideales para un desayuno. Otro de los favoritos de las personas son los huevos benedictinos, los cuales poco a poco se han convertido en un best seller de la tienda.
Los dulces
Desde tartaletas hasta eclairs y galletas, Memé es un mundo dulce, muy dulce en donde hay para todos. Los eclairs vienen rellenos de curd de limón, de pistacho o crema pastelera. Las tartaletas también son de varios sabores como la de parchita con chocolate, de crumble de manzana o pavlova. Cualquiera que pruebe es una delicia.