Desde que comenzó su relación con Harry, el estilo de Meghan comenzó a popularizarse. En su día de bodas, sorprendió al mundo con un vestido de novia clásico y sencillo pero que gritaba su nombre por todos lados. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre el vestido de novia de Meghan Markle.
La sencillez es su escudo
Si nos tocara definir el estilo de las royals, Kate Middleton sería elegancia pura y Meghan Markle, simplicidad. Siendo fiel a su estilo, la ex duquesa de Sussex decidió diseñar su vestido de novia de la mano de su diseñador favorito de alta gama: Givenchy. Juntos, en una colaboración extraordinaria, crearon una prenda que se volvió atemporal por su sencillez.
¿Quién diseñó el vestido de novia de Meghan Markle? La silueta y el estilo, fueron creados completamente por Markle, los tecnicismos, quedaron de la mano de Clare Waight Keller, la directora artística de Givenchy.
“Juntas trabajaron muy de cerca en el diseño, que es la epítome de una elegancia atemporal y minimalista, que definen los códigos de estilo de la icónica casa Givenchy”, comentó el Kensington Palace en un comunicado oficial.
¿Cómo trabajó Meghan en el diseño? En una entrevista posterior a la boda, la duquesa aseguró que fue un diseño completamente en conjunto y que refleja perfectamente su estilo. “Tenía una visión muy clara de lo que quería y de cómo quería que se viera el vestido”, comentó en una entrevista.
Si bien Clare fue fundamental en el proceso de decidir qué se podía hacer y qué no, Meghan fue la cabeza creativa de su propio vestido de novia (¡Vaya sueño!). “Fue increíble trabajar con Clare, a veces consigues diseñadores que quieren llevarte por direcciones diferentes, pero ella me respetó completamente lo que quería y lo llevó a la vida”, aseguró.
¿Cómo fue el vestido de Meghan?
Hacerle el vestido de novia a un miembro de la realeza, es el sueño de todo diseñador. Aquí, Meghan Markle decidió utilizar su característico cuello barco (que lo ha utilizado al menos, un millón de veces) y una silueta en forma de A, entallada al cuerpo (pero no demasiado pegada).
La prenda está diseñada completamente en seda (con mezcla de organza en la falda), tiene mangas tres cuartos y una falda de aproximadamente dos metros de largo. Fue confeccionada en 5 meses por un pequeño grupo de artesanos de Givenchy. Markle estuvo trabajando activamente en la creación del vestido, aunque se hizo en París.
¿Qué buscaba con el vestido? La visión de Markle era crear un vestido de novia elegante, sencillo y atemporal. No está adornado con encajes ni pedrería, su silueta es lo único que le da forma. Para la buena suerte, cosieron en su interior un pequeño corte del vestido que utilizó en su primera cita con Harry, que era azul, tal como dice la tradición: Something old, something new, something borrowed, something blue.
El diseño de Markle ha sido uno de los más sencillos de toda la realeza y logró hacer que resaltara su belleza natural y que no luciera opacada por la prenda.
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Ponerse de velo un jardín
Los únicos detalles brillantes del atuendo, venían del velo que realmente es la estrella de la velada. Fue diseñado en conjunto con Givenchy para crear un acompañante sutil pero inolvidable. Midió más de 5 metros de largo y los detalles de los bordes esconden un mensaje político.
En los alrededores, cuenta con flores bordadas a mano, todas completamente diferentes. ¿Qué significa cada una? Las 53 flores representan los 53 países que integran la Commonwealth, demostrando el interés de la pareja en formar parte activa de la unión de la realeza con sus allegados (Oops, esto quizás no envejeció bien).
El velo tomó más de 500 horas en completarse y buscaba ser llamativo pero no estridente, para poder darle protagonismo a la tiara que fue el centro de atención.
La tiara de una princesa
Esto generó mucha controversia, ya que medios británicos aseguraron que Meghan Markle tuvo un berrinche con la reina cuando no le quiso prestar la tiara que ella quería (la que utilizó la princesa Beatriz años más tarde), esto jamás se comprobó.
Dejando atrás el drama familiar, Meghan completó su atuendo de bodas con la tiara de diamantes de la reina Mary, seleccionada especialmente por la reina Isabel para que la utilizara.
La tiara cuenta con un broche desmontable en el centro que reúne 10 increíbles diamantes, todo el resto del cuerpo está hecho con diamantes y platino en 11 secciones diferentes. Los demás accesorios, los mantuvo muy sencillos y fueron responsabilidad de Cartier.
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Belleza natural hasta el día de su boda
Con la sencillez de todo el vestido de novia de Meghan Markle, lo que más lució fue su belleza natural. Para la boda, decidió llevar un estilismo tan sencillo como el que usaría para cualquier otro evento importante.
Daniel Martin, fue el estilista encargado de prepararla para su gran día y recuerda que la petición más importante de Meghan, fue que aun con el maquillaje, se le pudieran ver sus pecas.
“Ella quería mantener su piel tan real y natural como fuera posible. Ahora en el maquillaje, hay muchas coberturas con el contouring y el strobing que crean esta falsa dimensión sobre lo que ya tienes”, comenta el maquillador, Meghan quería lucir tan natural como fuese posible.
¿Por qué buscar lucir natural el día de su boda? Según Martin, fue en búsqueda de atemporalidad. “Es el día de tu boda. Quieres mirar atrás y pensar lo bien que te veías en tu vestido y no lo trendy que estaba tu maquillaje en el 2018. Me enfoqué en sacar lo mejor de ella y elevarlo a un nivel que no necesariamente podrías lograr por ti misma”, comentó.
¿Qué aprendemos de Meghan con todo su atuendo en su boda? La sencillez es la clave para verte bien y más importante: el día de tu boda no te tienes que disfrazar, sino ser auténtica a tu estilo.