Gracias a su sabor, aroma y, en especial, a sus aportes saludables, es recomendable consumirlo a diario el aceite de oliva. Es usado también para la piel, el cabello y más
Para disfrutar de sus propiedades basta con que forme parte de la dieta habitual. Por lo tanto, no es necesario ingerirlo en ayunas o hacer remedios con otros ingredientes. Se puede usar en frío y en caliente, para aliñar todo tipo de ingredientes y hacer distintas cocciones. El consejo habitual es de 2 a 3 cucharadas al día, esto depende de las necesidades nutritivas de cada persona y de los condicionantes individuales. Compartimos algunos de sus beneficios.
Mejora la presión arterial
La dieta mediterránea es muy buena para las personas con hipertensión. El aceite de oliva es rico en polifenoles, antioxidantes y ácido oleico. Su consumo regular contribuye a reducir la presión, tanto la sistólica como la diastólica, en individuos con y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.
Disminuye el colesterol LDL
Los expertos recomiendan usarlo cuando se necesita una dieta para la hipercolesterolemia. Gracias a los ácidos grasos monoinsaturados, ayuda a bajar los niveles de «colesterol malo» (LDL). También impulsa el aumento del «colesterol bueno» (HDL), contribuye a reducir la probabilidad de desarrollar patologías cardíacas.
Protección cardiovascular
Su ingesta protege de infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular. Los beneficios son mayores cuando se emplea en sustitución de la margarina, la mantequilla y otras grasas lácteas, como la nata.
Efecto antiinflamatorio
Las enfermedades inflamatorias crónicas tienen una incidencia menor, debido a sus efectos, puede ayudar a reducir el desarrollo de algunos tumores, enfermedades neurodegenerativas y problemas articulares que son parte de la inflamación.