El desfile de Schiaparelli abrió la Paris Fashion Week. Como es costumbre, esta casa de moda que se conoce por ser provocadora, barroca y surrealista, no dejó a nadie indiferente con su propuesta.
El espectáculo, en el que se vieron desmedidos sombreros y joyas, así como provocadores atuendos, se celebró en el Museo de Artes Decorativas de la capital francesa, donde se inaugura una exposición dedicada a la diseñadora (1890-1973).
En la pasarela se vieron corsets, mucho color negro, adornos, alaborios, escotes pronunciados, joyas y flores. La contención cromática es un ejercicio al que Daniel Roseberry, diseñador de la firma, nos tiene ya acostumbrados, reseñó la revista Vogue.
El dramatismo está ahí: vestidos palabra de honor con metros y metros de tejido satinado arremolinándose a la altura de la cadera, para crear volúmenes imposibles de evocaciones florales.
La flora protagonista
Con este desfile, el diseñador deja de dar prioridad a la anatomía humana para centrarse en la naturaleza. Es la flora, y en pequeñas dosis la fauna, la auténtica protagonista de esta colección. Por un lado, las alusiones son frutales: un racimo de uvas que puede encontrarse tanto colgando de pendientes como a modo de broche o bordado en una chaqueta. Se trata de un motivo con recorrido en el trabajo de Elsa Schiaparelli. En un alarde de humor, contrastaba sus vestidos de alta costura con sombreros de cóctel con esta fruta.
Desde que aterrizase en 2019, Roseberry ha sabido construir unos códigos que ya resultan tan reconocibles como los de la fundadora de la casa. Esa atención que el creador centra en el pecho sigue estando presente a través de corsés esculturales y otras prendas acolchadas, que recrean hasta la forma del pezón. También en vestidos en los que se cubre con una de esas reiteradas flores.
Arte con moda
Elsa Schiaparelli fue la primera diseñadora que mezcló el arte con la moda. Se declaró en quiebra en 1954 en París y se exilió en Estados Unidos, donde murió en 1973. Su casa de moda estuvo inactiva durante 60 años.
Su dedicación a la moda la convirtió en una de las diseñadoras más reconocidas y famosas del siglo XX. Sus modelos se consideraron atrevidos y sorprendentes para los cánones de su época; en muchos de ellos incluía elementos extravagantes, como sombreros en forma de zapato o estampados figurando langostas; obtuvo mucha inspiración del movimiento surrealista, tratando con artistas como Jean Cocteau y especialmente, Salvador Dalí, con quien colaboró en varios proyectos y cuya iconografía onírica adaptó a sus modelos.
En los últimos años, íconos como Beyoncé o Lady Gaga llevaron piezas Schiaparelli para importantes ceremonias, incluyendo la investidura del presidente Joe Biden. Y no se puede olvidar el look que la modelo Bella Hadid llevó el año pasado en Cannes donde el top simulaban unos pulmones bañados en oro.
Elsa Schiaparelli fue contemporánea de Gabrielle Chanel, pero es mucho menos conocida.