¡Talento venezolano! Covas: «Me gusta hacer piezas versátiles que no solo sean para usarlas una vez»

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Con ganas de hacer algo y sabiendo la importancia del trabajo, Sofía Saavedra comenzó su emprendimiento sin miedo y con el apoyo de su familia. Aunque los inicios de Covas fueron difíciles, la joven nunca se desmotivó y siguió adelante con el proyecto que actualmente ha conquistado a los armarios venezolanos. Aquí todos los detalles.

El motor de su trabajo

Las abuelas de Sofía llegaron a Venezuela a mediados de los años 60. Sin estudios ni dinero, ambas empezaron a trabajar en el mundo textil: su abuela materna y tía abuela como modistas haciendo trajes para caballeros.

Así, influyeron en la vida de Saavedra y la inspiraron a crear Covas: “Me encantaba ir de pequeña a sus tiendas a trabajar con ellas […]. Pero creo que mi influencia no solo vino de ellas, sino de todas las mujeres de mi familia. Mi mamá que es una dura y mi tía. Ellas han logrado muchísimo en el ámbito laboral, siempre me han motivado a que salga a cumplir mis sueños desde que soy una niña”.

La historia de mi familia siempre ha sido el motor de mi trabajo, conocer de dónde vengo para saber a dónde voy.

Sofía Saavedra.

Sin miedo a trabajar

En diciembre de 2017, Sofía Saavedra tenía ganas de hacer algo. Al ser una persona inquieta, estar sin hacer nada la desesperó y el conocer la importancia del trabajo desde muy pequeña la motivaron.

“Vengo de una familia de inmigrantes. El trabajo duro de lunes  a lunes siempre estuvo ahí. Desde pequeña me llevaban a los negocios para meter en bolsas o cobrar y nunca lo sentí como un reto”, asegura.

Su papá trabajaba desde los 12 años vendiendo bombillos y luces en una mesa en la Av. Victoria en Caracas, mientras que su mamá laboraba en una zapatería en La Candelaria desde los 15 años.

Esta influencia la ayudó a no tenerle miedo a una ocupación: “Pensé que mi emprendimiento sería más como un hobbie. Mis papás me dijeron: ‘Trabaja lo que tú quieras, pero no descuides la carrera’. Terminé trabajando en un escritorio de abogados al mismo tiempo que vendía sombreros y estudiaba”.

Sin planearlo

Covas iba a ser un proyecto momentáneo, ya que Saavedra, al terminar su carrera en Derecho en la Universidad Metropolitana, tenía claro irse del país a hacer un postgrado en Madrid. Pero, la vida le tenía preparado algo diferente.

Aunque se había ido definitivo a Madrid, la joven venezolana tuvo que regresar a Caracas en marzo de 2020 a buscar sus últimas pertenencias, pero llegó la pandemia y se quedó encerrada.

“Tenía un pasaje para irme el 26 de abril de regreso a Madrid, me lo cancelaron y compré otro para el 20 de junio, pero tampoco pude salir. En ese momento decidí retomar Covas porque estaba aburrida, pero con un giro de hacer ropa para estar en casa. Y aquí sigo, jamás me fui”, expresa Sofía.

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Su familia como columna vertebral de Covas

Su abuela materna siempre ha sido una de las personas más importantes del proyecto: “Me prestó su casa por casi 4 años para poder tener mi showroom ahí, me ayudaba cosiendo y haciendo las entregas ella”.

A su vez, su linaje familiar estuvo involucrado con la escogencia del nombre. Sus papás son gallegos: su papá de Ortigueira y su mamá de Covas.

“Es un pueblo pequeño dentro de Viveiro famoso por su playa. Pasé muchos veranos de mi infancia en la casa de mis abuelos a la orilla del mar y pensé que Covas sería el mejor nombre para una marca de ropa de playa”, comenta Saavedra.

Segundas oportunidades

Este emprendimiento comenzó como una venta de sombreros playeros, pero – dada la pandemia y los cambios en la vida de Sofía – se reinventó y adaptó a la realidad impuesta por el confinamiento.

Así, pasó de ser un emprendimiento de medio tiempo a una empresa. “Entendí que la ropa playera suele moverse más por temporadas y dejé atrás eso. Me puse a hacer ropa casual y creo que queda muy poco del Covas de antes en el actual. Fue otra visión y otra motivación totalmente distinta”, afirma.

La esencia de Covas

Sofía solo vende prendas que ella misma usaría. Por eso, deja a un lado lo trendy y se basa en aquellas prendas que la hacen sentir cómoda.

La mente detrás de Covas explica: “Me gusta hacer piezas versátiles que no solo sean para usarlas una vez y terminen en el fondo de tu armario. Cada pieza que se confecciona, se estampa y se hace está supervisada por mí. Nada sale sin que yo lo apruebe”.

Asimismo, a Saavedra no le gusta compararse con la competencia porque se enfoca en hacer lo que le gusta: “Saco diseños casi semanalmente porque la moda es muy cíclica para quedarse pegado con un estilo. Sin embargo, admiro muchísimo el trabajo de muchas marcas en Venezuela que han logrado grandes cosas, pero no las tomo como referencia porque la esencia de Covas es otra”.

Si tú misma no te ves usando lo que haces, entonces no tiene sentido que lo hagas.

– Sofía Saavedra.

¡Arribo a pasarelas de moda internacional!

De forma sorpresiva, al equipo de Covas le llegó una invitación inesperada por correo electrónico: su marca de ropa iba a participar en el Miami Swim Week.

Pensé que era un estafa, lo pensé hasta el día que estuve en la pasarela. No entendía cómo habían llegado hasta nosotras. Fue tal cual una película: estresante y todo corriendo a último momento, pero fue un momento muy bonito y que no esperaba vivir nunca”, exclama Saavedra.

Para diseñar la colección y confeccionarla solo contaron con un mes y medio. Además, el nivel de complejidad fue mayor porque no conocían las medidas de las modelos y tuvieron que coser a ciegas.

El equipo llevó diseños clásicos con un toque diferenciador. El uso de telas importadas de Italia le dio un look increíble a las piezas sin necesidad de ser específicamente para un Runway Show.

Una vez en Estados Unidos, Sofía tuvo una experiencia igual a las que retratan en las películas. Los imperdibles y el teipe doble faz fueron sus mejores aliados antes de salir a la pasarela.

A su vez, vivieron una pesadilla: les lanzaron un pantalón al suelo y lo llenaron de café 15 minutos antes de que les tocara.

“Fue sumamente agotador, pero valió la pena ver el resultado final”, dice Saavedra. Esta oportunidad les abrió paso al New York Fashion Week, pero Covas no pudo hacer acto de presencia porque están trabajando en diversos proyectos en Venezuela.

Gracias a Dios tenía a mi mamá. Ella siempre me ayuda y es la calma en la empresa. Si no la hubiese tenido ahí creo que no habría logrado nada.

Sofía Saavedra.

¿La sustentabilidad es importante para esta marca de ropa?

Los niveles de contaminación que genera la industria de la moda son elevados, pero Covas busca generar una diferencia al trabajar con una producción local y la utilización de retazos para hacer tapabocas colitas y bolsos.

Asimismo, actualmente tendrán una nueva producción de jeans con recycled denim en varios de sus modelos hechos 100% en Venezuela y para 2022 llegarán sus nuevas bolsas de plástico reciclado.

Sabemos que la industria textil es uno de los mayores contaminantes del mundo, por eso sabemos que como empresa tenemos el deber de aportar nuestro granito de arena y tener consciencia ambiental.

Sofía Saavedra.

Abiertos a los cambios

Esta empresa está en constante cambio para no aburrir a sus clientes. Por ello, este último trimestre del año y para inicios del 2022 tienen diversos proyectos:

  • Linea Curvy: las mujeres plus size podrán sentirse amadas y seguras con las confecciones de Covas.
  • Linea Petite: una nueva innovación que estará disponible para adolescentes.
  • Colección de Ugly Christmas Sweaters: los amantes de la Navidad pueden deleitarse con sus nuevos diseños.

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Girl Power!

Una de las cosas más retadoras a las que se ha enfrentado Sofia ha sido darse un espacio para ella, ya que trabaja todos los días: “Me ha costado darme un break. Entender que no todo es trabajo y que también tengo derecho a descansar”.

A pesar de la falta de descanso, la joven venezolana está feliz con su equipo de mujeres trabajadoras. “Todo mi equipo son niñas contemporáneas a mi edad y creo que me ha funcionado de maravilla porque están en la misma sintonía que yo. Son tan parte de Covas como yo. Sin ellas no sería lo mismo y cada una es vital en la empresa”, afirma.

Recomendaciones para aquellos que quieren empezar, pero no se atreven

La co-creadora de Covas asegura que el primer paso es empezar y dejar de pensar en lo que van a decir los demás.

Creo que es uno de los factores que más paraliza a la gente aparte del constante miedo al fracaso, pero sin intentarlo jamás podrás saber si esa idea funcionaría o no. Si algo no funciona como lo pensaste inicialmente, cámbialo. No te quedes pegado”, aclara.

A su vez, recomienda ver primero cuál es el patrón de consumo  y entender al cliente potencial: “No necesitas tener un local, ni un packaging increíble. Mientras tengas un celular y ganas de hacerlo, lo demás se irá dando. En especial, no te desmotives si no vendes. Es normal y nos pasa a todos. Ten paciencia y sé constante. Si no haces lo que te gusta vas a tirar la toalla muy rápido”.

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